Entre los síntomas más conocidos del SARS-CoV-2, destacan los más habituales, como la pérdida de olfato, la fiebre o la tos irritativa. Conviene recordar que la vía de entrada del virus en nuestro organismo es a través de micro-gotas suspendidas en el aire, por eso no es de extrañar que el coronavirus afecte principalmente a las células que componen nuestro sistema respiratorio.
De ahí que la fatiga, la disnea, o sensación de ahogamiento, y la tos persistente, sean síntomas fáciles de relacionar. Sin embargo, nuevos estudios arrojan luz sobre otros síntomas que conviene tener en cuenta y que no parecen tan obvios.
La revista especializada Nature en su sección «Scientific Reports», publicaba un revelador estudio en esta dirección. Analizados 47.900 casos de personas infectadas, aproximadamente el 80% presentaba síntomas que se hacían persistentes transcurridos 4 meses desde la enfermedad. Los que puntuaban como más habituales son:
Nuestro organismo está diseñado de manera muy eficaz. El sistema nervioso permanece aislado de la sangre que circula por nuestro cuerpo. Una barrera defensiva que nos protege frente a los patógenos. No obstante, y en numerosos estudios post-mortem, se han podido identificar regiones neuronales y del sistema nervioso afectadas por la infección de la covid-19.
Esto explica la pérdida de sentidos como el gusto o el olfato. Los daños provocados por el virus en nuestro sistema neurológico interfieren en los mecanismos encargados de transmitir las señales de nuestros sentidos a las áreas del cerebro encargadas de su interpretación.
Por otro lado, la microbiota que habita en nuestro cuerpo, especialmente en nuestro tracto urinario, nuestros intestinos, el páncreas, los pulmones y la boca, se ve afectada por la invasión del coronavirus.
En condiciones habituales, estas bacterias «buenas» viven en un equilibrio perfecto con nuestros sistema inmunitario. Sin embargo, la infección de la covid puede llegar a propiciar una respuesta desmedida que ocasione un profundo desequilibrio en nuestra microbiota, desatando múltiples síntomas a lo largo de nuestro organismo.