El buen patrón de Fernando León ha sido sin duda la gran triunfadora de estos Premios Goya, primero batiendo records de nominación con veinte candidaturas, superando así las de Días Contados de Imanol Uribe, que se hacía en 1994 con 19.
Javier Bardem da vida a Blanco, propietario de una fábrica de balanzas industriales, quien opta a un nuevo premio local a la excelencia empresarial. Cuándo está esperando que una comisión revise el funcionamiento de la compañía para ver si merece el galardón, el empresario se encuentra con varios problemas con sus trabajadores, huelgas y despidos incluidos.
La película se ha alzado con seis Goyas, incluidos los de mejor película y mejor actor protagonista para Bardem, mejor guion original, montaje, música, dirección, son el resto de Goyas que la cinta, que ya está disponible en el streaming, ha conseguido. Te contamos dónde puedes verla.
Dónde ver El buen patrón
Para los suscriptores de Orange TV la película está disponible sin coste adicional desde el 15 de febrero y en Movistar+, Filmin, Rakuten TV, Google Play y Apple TV se puede alquilar.
“Gracias por escribir un personaje tan rico en matices, en complejidades, tan divertido. Los viajes que hacemos juntos siempre son inspiradores y divertidos, te quiero mucho”, así agradecía Bardem a Fernando León que hubiera contado con él para la película.
El propio Fernando León contaba al diario El País su escena favorita de la película, una en la que Blanco baja a la fábrica a resolver un problema, se remanga e intenta resolverlo, una escena que muestra por primera vez el espacio dónde rodaban, una fábrica abandonada que el departamento de arte convirtió en una fábrica de balanzas funcionando.
Además para el director es especialmente importante la secuencia porque es una secuencia colectiva en la que intervienen muchos personajes que intentan resolver un problema y además porque plantea uno de los temas centrales de la historia, cómo el empresario «toma cartas en el asunto» cuando en la empresa cuando un empleado comete errores, llegando a cruzar todas las líneas imaginables, metiéndose incluso en la vida personal del empleado.
Un personaje el de Blanco del que Bardem ha explicado que ha construido a través de experiencias propias sobre la pequeña «cuota de poder» que cada uno tenemos. El espectador al principio empatiza un poco con el personaje, una empatía que no tarda en desaparecer.
