El aire acondicionado es una inversión a largo plazo con la que conseguiremos reducir eficazmente la temperatura de nuestra casa. Pero debemos tener en cuenta que se trata de una inversión importante a la que además debemos sumarle la instalación y el elevado consumo.
En el lado opuesto están los ventiladores de techo, que son son mucho más baratos, sencillos de instalar y consumen mucho menos. Pero sin duda cada uno tiene sus pros y sus contras al margen de estas diferencias. Te las resumimos todas para que valores cuál es la opción que mejor se adapta a ti y a tu bolsillo.
Hay varios tipos de aire acondicionado: el común instalado en la pared (algo que a veces puede ser un problema por ejemplo en edificios históricos o casas alquiladas) y el móvil y su principal ventaja es que lo único que hay que hacer es configurar la temperatura deseada y el resto lo hará él utilizando el compresor y el refrigerante para eliminar el calor del aire.
La mayor desventaja, sin embargo, es que necesita una salida de aire dentro del edificio y para ello normalmente hay que hacer un agujero en la pared. Una buena solución para evitar agujeros son los aires acondicionados portátiles con salida de manguera, que se pueden conectar a la ventana sin necesidad de instalación. Aunque son más ruidosos y enfrían menos.
En cuanto a los ventiladores de techo, su función principal es refrescar pero no la habitación sino a la gente. Su gran ventaja sobre el aire acondicionado es el precio sin duda, además de ser mucho más eficientes energéticamente (la potencia estándar es de 40-60 W), fáciles de instalar y no ocupar apenas espacio. Los de techo no requieren mantenimiento y son más silenciosos. Pero su gran desventaja es que el aire no se enfría realmente, por lo que para temperaturas muy elevadas no es muy eficaz.
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