Además, la regulación ha fijado dos plazos para reducir las emisiones de los vehículos particulares:
De esta forma, se brinda a la industria una margen de maniobra lo suficientemente espaciado como para adaptarse a la nueva legislación. A su vez, para el año 2025, la Comisión Europea se encargará de evaluar y anunciar los datos de emisiones de CO2 durante el ciclo de vida de los mismos expedidos por UE y así, asegurarse de que lograrán las premisas para 2030.
Los Veintisiete pactaron esta medida en la Eurocámara el pasado mes de octubre, pero todavía estaba pendiente de aprobación en el plenario antes de que finalmente entrase en vigor. La aprobación definitiva tendrá lugar el próximo mes de marzo cuando el Consejo Europeo lo incluya en el Diario Oficial de la UE.
El organismo prevé suministrar una serie de incentivos a los fabricantes que produzcan vehículos de emisión cero (eléctricos o híbridos enchufables) según los baremos de venta de los mismos. Además, durante esta etapa, y en función de los ingresos, podrán fabricar con estos incentivos hasta 25% de vehículos y un 27% de furgonetas de baja emisión. Estas ayudas desaparecerán a partir de 2030.
Por lo que esta legislación que entrará en vigor definitivamente en el mes de marzo obliga a los fabricantes de coches a recortar las emisiones del CO2 en los automóviles nuevos, lo cual imposibilitará vender coches con motores diésel y gasolina en el conjunto de los Veintisiete.
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