El uso de sistemas de calentamiento reseca el ambiente, llegando a producir efectos perjudiciales en las plantas que tengamos en casa, puesto que sufren una falta de humedad considerable. De este modo, sus tejidos se secan incluso estando alejadas de las fuentes de calor como radiadores o estufas.
Si aún no sabes si distinguirías una planta afectada de una que no lo está, déjame decirte que eso se ve a simple vista. Las hojas se arrugan, cambian de color hacia tonos más amarillentos y tienen un aspecto más seco. Ante esto, lo primero que debes hacer es cambiarla de sitio y ponerla cerca de una ventana para evitar el contraste de temperaturas, además de tener en cuenta que regarla más no solucionará el problema, esto no está relacionado con la humedad. En este caso, lo que sí es recomendable es pulverizarlas de vez en cuando.
Si te encanta estar rodeado de plantas y, además, te preocupas por tu salud, que en invierno siempre suele sufrir algo más, te recomendamos que compres un humidificador que, además de ser beneficioso para las plantas, también lo será para ti, para tu piel, tu pelo y tu garganta. Si esto no entra en tus planes, no tienes buena mano con las plantas y aun poniendo en práctica lo de cambiarlas de sitio no te ha salido bien, quizá puedas optar por comprar plantas que no sean tan delicadas.
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