Y es que, a diferencia de la inmensa mayoría de representantes que hemos mandado a festival en su versión de adultos, las actuaciones de nuestros jóvenes talentos siempre logran conquistar a los eurofans. España fue uno de los países fundadores que debutó en el I Festival de Eurovisión Junior en 2003. Es de los que mejor recorrido y posiciones ha llevado en el certamen, obteniendo la icónica victoria en 2004 con la artista María Isabel y su canción Antes muerta que sencilla, tres segundos puestos, dos terceros puestos y un cuarto.
De este modo, es imposible no preguntarse porqué si tenemos tanto éxito en el festival de niños, no conseguimos el mismo reconocimiento en Eurovisión. Y no es por falta de talento. Por los grandes escenarios del certamen europeo han pasado grandes voces como Pastora Soler, Blas Cantó, Ruth Lorenzo o Blanca Paloma. Sin embargo, y a excepción del merecidísimo tercer puesto de Chanel hace dos años, los resultados no han sido tan favorecedores.
Si echamos la vista atrás y repasamos la trayectoria de España en el Festival llama la atención que, habiendo participado 62 ocasiones, tan solo hemos ganado en 2 de ellas y quedado en otras 29 ocasiones entre los diez primeros. Es más en los últimos años, el resultado más repetido se ha movido entre el puesto 17 y el 26. Entretanto, nuestros representantes en Eurovisión Junior hasta la fecha, iban a ganar y cualquier de ellos podría haberlo hecho.
Si bien el Festival de Eurovisión de adultos tiene una gran cantidad de países participantes (en torno a cuarenta) no sucede lo mismo con la versión junior que no suele llegar a la veintena. Además, existen dos diferencias claves con la edición senior: deben cantar obligatoriamente en el idioma del país que representan, y solo pueden participar una vez.
MÁS SOBRE: