Nacho Abad y David Aleman presentan en Cuatro el programa de sucesos Código 10, en el que esta semana entrevistaban a Raquel Alonso, una mujer que estuvo veinte años casada con un yihadista sin saberlo.
Alonso explicó que su marido era una persona completamente normal e integrado en la sociedad española y que en solo un mes cambió y se convirtió en yihadista, radicalizándose e integrándose en una célula terrorista. Algo de lo que ni su entorno, ni ella misma se dieron cuenta. Aunque después si ‘ató cabos’ sobre esos sutiles cambios en el comportamiento de su marido.
La invitada también habló de cómo funcionan ese tipo de células, «El líder parecía el más pobrecito. Generaba ese papel empático para quien van a captar. Ellos lo que hacían eran captar adeptos para enviarlos a las zonas de conflicto en las filas del Daesh. En el juicio, la policía sí declaró que estaban preparados para cometer un atentado en España», explicó.
Raquel explicó que su familia estaba totalmente estructurada y que lo único que sabían de atentados yihadistas era los del 11M, reconociendo que no estaban familiarizados con el concepto del yihadismo. Aunque sí explicó que en ese mes si notó cambios en su marido, cómo no poder tener alcohol en casa porque iba en contra de la religión o que sus hijos tuvieran que aprender árabe e ir a la mezquita.
» Estos señores se radicalizaron en la mezquita (…) Cambia su perfil. Era una persona divertida, empática y esos perfiles se aíslan. Si en un momento determinado tienen que cometer un atentado, en ese momento no pueden tener corazón», explicó.
También notó cambios con respecto al trato hacia ella, que pasó a ser una mujer subordinada e incluso tuvo que fingir una conversión al Islam para proteger a sus hijos, «Cambió su reacción en todo. De repente se volvió una persona cruel, silenciosa, no comunicativa, agresiva… inclusive hasta con los niños. Trataba de someterlos», matizó, según explican desde la web de Cuatro.
Contó además que el objetivo de su marido era marcharse a Siria y que un mes antes de su detención notó que les estaban persiguiendo, decidió ir a la comisaría a denunciar y le dijeron que su marido estaba siendo investigado. Después de ser detenido y juzgado y tras haber pasado once años de aquello, Raquel sigue sufriendo las consecuencias, ha sufrido dos agresiones en nombre de Alá y recibe constantes amenazas anónimas, además de haber tenido que cambiar de domicilio ocho veces.
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