Acné inverso

Qué es el acné inverso y por qué la gente que la sufre se acaba aislando

En muchas ocasiones se diagnostica erróneamente

Andrea Romero

A pesar de ser una enfermedad más común de lo que pensamos, la hidradenitis supurativa, más conocida como ‘acné inverso’, rara vez recibe la atención que merece, ya que muchas personas que la padecen suelen esconderse por las secuelas que esto deja en ellas.

Esta afección se caracteriza por la formación de pequeñas y dolorosas protuberancias debajo de la piel, especialmente en áreas con pliegues, como las axilas, glúteos, mamas y zonas genitales. Aproximadamente, el 1% de la población en España, lo que equivale a unos 474.000 individuos, padece esta condición, pero la hidradenitis supurativa es una de las enfermedades dermatológicas que más vergüenza causa a quienes la sufren por ser muy estigmatizante.

El acné inverso se manifiesta como una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, con brotes recurrentes de nódulos, abscesos y fístulas que provocan dolor, picor, supuración y mal olor. La Dra. Patricia Garbayo, dermatóloga, la describe como «igual de prevalente que la psoriasis, pero ha pasado inadvertida debido al estigma de los pacientes, ya que afecta a todas las áreas del cuerpo con pliegues. Es como un acné a lo bestia». Agrega que «son brotes dolorosos, que supuran, malolientes, y eso lleva a la gente a aislarse». Además, advierte que esta afección puede ser hereditaria.


El acné inverso no tiene cura definitiva, pero se puede controlar

La Asociación de Enfermos de Hidrosadenitis (ASENDHI) advierte que esta no es una enfermedad rara, pero su diagnóstico suele retrasarse debido a que sus primeras lesiones y síntomas clínicos a menudo se asemejan a otros trastornos, como la forunculosis recurrente. Los médicos a menudo desconocen la enfermedad y, en consecuencia, la diagnostican erróneamente.

Además, muchos pacientes con hidradenitis eventualmente desarrollan problemas reumáticos, por lo que se recomienda acudir lo antes posible a una consulta médica si ha habido antecedentes familiares o se cree que puede desarrollar esta patología. Aunque esta enfermedad no tiene cura definitiva, se puede controlar y cronificar con una buena medicación, por lo que el diagnóstico temprano es de vital importancia.

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