Forman parte de la banda sonora de nuestro día a día: Luis Fonsi, Shakira, Manuel Turizo, Ozuna, Daddi Yanki, Karol G, Maluma, Yatra, Rauw Alejandro…
La música urbana latina está de moda a nivel global y en consecuencia nuestra lengua, el español, se está extendiendo a la vez que el tsunami ha ayudado a fomentar una identidad cultural profunda y la integración social de lo latino en todo el mundo.
El Observatorio Nebrija del Español ha publicado un detallado informe realizado por la doctora en comunicación Lourdes Moreno Cazalla. La presentación del estudio antecede a la ceremonia de entrega de los Latin Grammy, que por primera vez en su historia se celebrará fuera de Estados Unidos. Sevilla es la ciudad elegida como sede de la vigésimo cuarta edición de los premios, que tendrá lugar el 16 de noviembre.
Aunque artistas como Shakira pusieron la primera piedra, el pistoletazo de salida lo dio esta canción
Este estudio revela que entre una cuarta y una quinta parte de las canciones en las listas de éxitos de las plataformas de streaming son temas de música urbana latina.
Fueron muchos los que durante años trabajaron para posicionar lo latino en el mercado musical internacional –Ricky Martin, Luis Fonsi, Shakira, Carlos Vives, Juanes-. Pero hubo un antes y un después para la música urbana latina.
El tema Gasolina, del puertorriqueño Daddy Yankee se ha convertido en un icono para el reguetón: fue la primera nominada en los premios Latin Grammy, su vídeo musical se programó en los principales canales temáticos de TV –como MTV y BET–, ha sido sincronizada en películas y anuncios de televisión, y aunque en su momento no lograse ningún nº 1, sería catalogada como una de las 500 mejores canciones de todos los tiempos por la revista Rolling Stone. Su éxito ha seguido creciendo hasta convertirse en 2023 en la primera composición del género en ingresar en el registro nacional de canciones de la biblioteca del Congreso de EE. UU., porque “Gasolina es la canción que lo hizo todo posible, es la canción que transformó el reggaetón en un sonido verdaderamente global mientras mantiene las conexiones del género con sus raíces” (Rivera-Rideau, 2023).
Su lanzamiento coincidió con un creciente interés de los medios estadounidenses, sobre todo de la prensa escrita y seria (desde Rolling Stone a New York Times), cuyos críticos musicales se mostraban escépticos con este estilo y le auguraban ser una moda pasajera por la escasa variedad de artistas y éxitos. “El mismo puñado de artistas –Yankee, Tego Calderón, Don Omar, Luny Tunes, Ivy Queen– han dominado las listas de radio, las listas de ventas y las alineaciones de conciertos durante más de un año, un eón en términos de música pop” (Gurza, 2006). Lejos de ser un género efímero y sin perder su esencia rítmica, el reguetón ha mutado constantemente y durante la década de 2010 aparecieron en escena nuevos artistas que, junto a los anteriores, han alcanzado prestigio internacional: Anuel AA, Bad Bunny, Becky G, Darell, Farruko, Karol G, J Quiles, Jhay Cortez, Lunay, Maluma, Myke Towers, Natti Natasha, Noriel u Ozuna, entre otros.
En los últimos tres años, la música urbana latina ha experimentado un “impresionante” crecimiento, tanto en producción como en distribución y promoción. “Comparado con sus orígenes, cuando el reguetón era considerado un género ligado a la economía informal y clandestina, hoy ha emergido como un movimiento cultural sólido y poderoso”, analiza Lourdes Moreno.
«Pese a los obstáculos de los primeros años -prosigue-, el reguetón entró reforzado en el siglo XXI, y más allá de simple producto de la cultura popular, se convirtió en símbolo de refuerzo de la latinidad. Para una nueva generación de jóvenes nacidos y criados en grandes ciudades, muchos de ellos procedentes de procesos migratorios, las comunidades latinas constituían espacios donde mantener sus tradiciones y cultura, siendo la música y la lengua los ejes primordiales».
