Tener vida social y cuidar nuestra alimentación no es incompatible, se puede hacer

No hay milagros ni secretos, se trata de adquirir hábitos y mantenerlos

Ana Más

Si cada vez que piensas en cuidar un poco más tu alimentación terminas deshechando la idea ante la cantidad de vida social que haces, estás equivocada. Salir, alternar y tener vida social no está reñido con cuidarse. Hay formas de conseguirlo.

Lo primero es tener claro que no hay milagros ni secretos para controlar nuestro peso, se trata de mantener hábitos saludables durante todo el año y si no los tenemos debemos ir cogiéndolos poco a poco y no de golpe, tal y como explica en Telva, la bióloga Tamara Pazos, especialista en neurociencia.

En el mismo medio la experta en psico nutrición Sonia Lucena  da algunas pautas para poder tener vida social y cuidar nuestra alimentación, Y es que como explica, salir no significa tener que comer más.


Vida social y comer bien no están reñidos

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De lo primero que habla la experta es de deshechar la idea de que cuidarnos significa estar a dieta de manera permanente e incluso pasar hambre,  además de privarnos de platos deliciosos.

Lucena habla de asumir cuando salgamos que podemos decidir qué queremos comer, «se trata de lo que «quieres hacer», explica. Si asumimos esto la cosa cambia, ahora eres tú como persona madura y responsable la que decides comer o dejar de comer determinadas cosas.

Además recomienda practicar la atención plena sobre lo que comemos cuando salimos, esto es ser conscientes de ello, además de usar el pensamiemto constructivo,‘ me voy a cuidar’ y se refiere a cosas concretas que podemos hacer si salimos a comer fuera para seguir cuidándonos:

  • evitar el pan y el picoteo antes de empezar a comer
  • la bebida es importante también, el agua es lo ideal pero si queremos tomar una copita de vino, mejor hacerlo después de calmar la sed con agua

Respecto a la comida recomienda pedir de primero una ensalada, un revuelto de ajetes, espárragos y champiñon, verdura cocida o asada o parrillada de verduras, poniendo especial atención en las salsas, que suelen llevar grasas y azúcares extra. El segundo plato ha de ser proteína, «carne, pescado, marisco o huevo» y mejor si es a la plancha, sin salsas, al  horno, cocido o crudo y cómo guarnición mejor ensalada.

Respecto al postre la experta recomienda saborearlo y disfrutarlo si lo pedimos, pero insiste en que si salimos mucho es mejor evitarlo, ya que estaremos abusando de los azúcares refinados y estos son perjudiciales. Podemos sustituirlo por una infusión.

 

 

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