
Muchos son los artistas que dicen encontrarse más inspirados cuando viven los sentimientos que deja el desamor. El recorrido de emociones puede ser más largo, pero no más amplio. En la tristeza es fácil acomodarse y es por eso que se necesitan canciones que animen a renacer y resurgir de aquel lugar tan hondo del que todos hemos escuchado hablar y solo entendemos cuando es nuestro turno.
El grupo honra todas las emociones, pero con estas letras busca que de nuevo alces el vuelo tras una época oscura y difícil.
Aquello que uno necesita recuperar para volver a quererse, es la admiración propia y el orgullo. La tristeza genera una ausencia de identidad que Amaral reclama con Bien alta la mirada. La esencia siempre está ahí, no importa lo que nos pase, no pierdes lo que te hace especial porque no lo veas. Pero debes esforzarte por quitarte la venda.
Ni mi piel morena ni mi pelo enmarañadoNi la raya negra ni dragones tatuadosEl amor que he dadoY el que recibíEso es lo que quedaY eso hablará por mí
Quiero vivirQuiero gritarQuiero sentirEl universo sobre míQuiero correr en libertadQuiero llorar de felicidad
Desde otro punto de vista aquí es ella la que se va. Vivir solo tiene un requisito y es que los fantasmas del pasado quedan atrás. Al igual que esta canción, la vida es un regalo y vivir el presente es el único precio.
Amor mío, di qué ves si me miras a los ojosUna luz que se apagó como dos faroles rotosEl deseo de vivir es lo que me está matandoLa memoria de lo que fui como plomo en mis zapatosY hay un tiempo para creer, tiempo para buscarHay un tiempo para olvidar todo lo que pudo ser y nunca será
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