8 segundos es el periodo máximo de «atención plena» de los jóvenes de entre 25 y 29 años

Es uno de los efectos de las redes sociales en la llamada Generación Z

Ana Más

 Como «la capacidad cognitiva de generar, dirigir y mantener un estado de activación adecuado para el procesamiento correcto de la información», así definen la atención desde la  plataforma web de neurorrehabilitación para profesionales neuronup.com .

Pues bien, ocho segundos, este es el tiempo de atención máxima de los jóvenes de la denominada Generación Z. A ello han contribuido mucho las redes sociales y el lenguaje de las pantallas, donde ante tal cantidad de información, a partir de cierto momento los jóvenes son incapaces de concentrarse. 

Lo explican desde Neuronup «cuando pasamos continuamente de un estímulo a otro y no somos capaces de focalizar la atención en alguno estamos ante un problema de atención», e insisten en que esto «influirá decisivamente en los procesos de memorización, ya que si no prestamos la suficiente atención a un estímulo, no seremos capaces de procesarlo y retenerlo en la memoria».


La falta de atención plena, uno de los efectos del uso de pantallas

Teens in circle holding smart mobile phones – Multicultural young people using cellphones outside – Teenagers addicted to new technology concept

Y es que los jóvenes se han acostumbrado al lenguaje de las pantallas, al exceso de estímulos del ‘scroll’ infinito y a tanta información que hay un momento en el que dejan de concentrarse, explican desde telecinco.es, dónde el psicólogo sanitario Javier Vázquez, explica lo que ocurre cuando el ritmo del audio y el vídeo se aceleran,  el cerebro se vuelve más vago y  «Pierdo mi capacidad cognitiva por generar mi capacidad de placer, de distracción». 

A lo que añade Cristina Fanjul, psicóloga sanitaria del Hospital Ribera Povisa, en Vigo que: «Su cerebro ha evolucionado de tal manera que es imposible pedirles que estén a una sola cosa. Lo que pasa es que estar en seis cosas supone no estar en casi ninguna». 

De hecho los jóvenes reconocen que les cuesta mucho más concentrarse y que tienen la necesidad constante de que todo les vaya mucho más rápido. Además, estar hiperconectados a través del móvil,  produce picos de dopamina en su cerebro y esto a su vez ansiedad y por supuesto dificultades derivadas de la falta de atención, entre las que están además de la facilidad de distracción y la falta de atención en los detalles, las siguientes:

  • La dificultad para seguir instrucciones y finalizar sus tareas. 
  • La ejecución de errores por descuido. 
  • La evitación de tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido. 

 

MÁS SOBRE: