Lo ha explicado el dentista Ferakh Hamid en el diario Daily Mail, no mojar el cepillo antes de cepillarnos los dientes puede ocasionar que estos se vean más opacos y amarillos: «Antes de empezar a cepillarse los dientes, conviene mojarlos. Este pequeño paso facilita la distribución de la pasta de dientes por todos los dientes, lo que hace que la limpieza sea más eficaz», explican desde 20Minutos.
Pero este gesto no es el único que puede amarillear nuestros dientes, según este experto. Lavárnoslos inmediatamente después de comer alimentos ácidos, puede hacer también que se vuelvan más amarillos, ya que este tipo de alimentos debilitan el esmalte dental, dejando ver la capa más amarilla que hay debajo.
La recomendación de este experto para evitarlo es esperar un tiempo después de comer este tipo de alimentos, para garantizar que «el esmalte se mantenga fuerte y los dientes saludables«, explica. Según algunos expertos hay que esperar al menos una hora.
Por extraño que parezca, las pastas blanqueantes, aunque en un principio si pueden hacer que nuestros dientes se vean más blancos, con el tiempo, pueden volverlos más delgados, sensibles y amarillos, debido a sus ingredientes abrasivos.
Desde la clínica dental Garrido señalan algunas otras causas de que nuestros dientes estén amarillos, por ejemplo algunos alimentos que contienen pigmentos de color, que a su vez pueden desgastar y teñir el color de los dientes, entre ellos el café, el vino y los frutos rojos. Desde el Centro Odontológico els Quinze añaden el vinagre de Módena, la salsa de soja, las bebidas energéticas, los zumos de frutas y el cacao. Además de una mala higiene, el tabaco, algunos medicamentos e incluso la genética.
Lo primero de lo que hablen a la hora de solucionarlo es de una limpieza exhaustiva, realizada por un higienista bucodental. Esto por si mismo no blanquea los dientes pero » los libera de sarro y manchas por tabaco o café, dejando el esmalte limpio con su color natural», explican.
Después se puede recurrir a técnicas más sofisticadas como un blanqueamiento o incluso carillas. En el primer caso, la forma más utilizada actualmente «consiste en combinar geles que blanquean los dientes al reaccionar con determinada luz led o láser, con la aplicación de otro tipo de producto que el paciente se aplica en casa, bajo supervisión del dentista en revisiones frecuentes durante el tratamiento«.
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