El nuevo rostro de Alfonso Díez, viudo de la Duquesa de Alba, tras pasar por el quirófano

Desde que su esposa falleció lleva una vida bastante alejada de los medios

Ana Más

Hasta 2008 Alfonso Díez era un ciudadano anónimo, fue entonces cuando empezó una relación sentimental con la Duquesa de Alba y su rostro comenzó a aparecer en revistas y televisiones. En octubre de 2012 la pareja se casaba y tres años después del enlace, Cayetana Fitz-James Stuart,  Duquesa de Alba fallecía.

Desde ese momento, han sido contadas las ocasiones en las que se le ha podido ver en público, salvo para acudir a algún evento familiar o social, como al que ha acudido esta semana en la Fundación que Fabiola Martínez y Bertín Osborne tienen en común.

Aunque fueron varios los rostros conocidos que acudieron al mismo, sin duda el viudo de la Duquesa de Alba fue el que más miradas acaparó y no precisamente porque no se le viera hace tiempo, sino porque su aspecto, después de someterse a varios retoques estéticos, es otro muy distinto al que tenía hace años.


El cambio físico de Alfonso Díez: ni una sola arruga

@yahorasonsoles Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, reaparece con un rostro rejuvenecido y terso: ¿Cuál es su secreto?Lo conocimos en 2008, cuando tenía alrededor de 60 años, y siempre se ha mostrado discreto, elegante y preocupado por su imagen. Eso sí, lucía unas arrugas que, con el paso de los años, se han ido borrando de su cara. ¿Se ha sometido a un tratamiento de medicina estética? #YAS #AlfonsoDíez #DuquesaDeAlba #Rostro #Operación #Estética ♬ sonido original – Yahorasonsoles


Desde el programa de Antena 3Y ahora Sonsoles’ reparaban en su tremendo cambio físico. Lo primero que llama la atención en la nueva cara de Díez es el aspecto de su piel en la que es dificil encontrar una sola arruga, además de estar súmamente luminosa y sin rastro de flacidez. En sus ojos tampoco hay patas de gallo y epodría haberse sometido a algún retoque en sus párpados, además de en sus marcados pómulos.

Además, «su nariz se encuentra perfilada, su barbilla más refinada, sus labios más carnosos, y la piel, al estar más tersa, hace destacar mucho más su mirada, resultando penetrante», explican desde Semana.

Lo que parece no haber cambiado en él es su discrección y amabilidad ya que, tal y como explican en Lecturas «no dudó en posar y hablar amablemente con algunos de los invitados como la infanta Elena».

Y es que tras el fallecimiento de su esposa hace ocho años, su vida es bastante diferente, está jubilado de su puesto como funcionario en el Instituto Nacional de la Seguridad Social y lleva una vida alejada de los medios.

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