¿Sufres el Síndrome de la Tiara?: Cuando esperas un reconocimiento que nunca llega

Está relacionado con otro, el síndrome del impostor

Ana Más

Hoy hablamos de algo mucho más frecuente de lo que piensas, sobre todo entre mujeres. Se trata del ‘Síndrome de la Tiara’, un término que se refiere a la actitud pasiva de algunas mujeres que cumplen con sus deberes en sus puestos de trabajo sin hacerse notar en espera de que sus jefes se fijen en algún momento en ellas para reconocer su esfuerzo y «coronarlas con una tiara (un símbolo de reconocimiento), explican desde el blog de woomup. 

Y es que es fácil pensar que nuestro esfuerzo se va a traducir en un horario mejor, un aumento de sueldo, un ascenso o simplemente una valoración positiva por parte de tus superiores, sin más. El problema viene cuando esa recompensa que esperabas no llega nunca. 

Aunque puede afectar a los hombres también, por regla general lo sufren más las mujeres y está muy asociado a otro síndrome, el de la impostora, que lleva a las mujeres a no creer en su potencial en el entorno laboral. Y es que durante años «la sociedad ha hecho que las mujeres estemos acostumbradas a vernos como sujetos pasivos”, explican desde El Español.


Las consecuencias del Síndrome de la Tiara 

Además de la propia frustración y desencanto con el mundo laboral, que genera al ver que los jefes no notan tu esfuerzo profesional, este tipo de síndrome genera estrés y agotamiento físico y mental, normalmente asociado al esfuerzo extra en el puesto de trabajo. 

Respecto a como evitarlo, desde el blog de woomup dan algunas pautas, como, tener confianza en una misma, desarrollar tu propia marca personal y ser perseverante y estratégica a la hora de que reconozcan tu trabajo, «recoge información y aprende a presentarla de manera exitosa tras cada proyecto que acabes», explican. 

Y algo más que añaden desde El Español: «evitar poner en juego nuestra propia salud física y emocional por un exceso de trabajo, más aún si este es superior al convenio establecido»,  ya que aunque trabajar duro puede conducirnos a un ascenso, esto «debería ir ligado a un reparto de las tareas equitativo con los compañeros, así como a un reconocimiento también al mérito y apoyo de tus compañeros», explican. 

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