En la actualidad, son infinitas las dietas y consejos para adelgazar en internet o entre los nutricionistas, pero entre todas ellas hay una que está especialmente de moda: la dieta basada en proteínas. Y es que aunque son esenciales en una alimentación equilibrada, porque sacian y nos dan energía y contribuyen además a la construcción y reparación de los músculos y a fortalecer nuestro sistema inmunitario, tomarlas en exceso puede acarrearnos problemas.
Un menú equilibrado debe incluir, «50-55% de carbohidratos, 10-15% de proteínas y 30-35% de grasas», explican desde Cuídate Plus. Pero debemos ser cautos a la hora de consumirlas. El pescado, la carne, los huevos y los lácteos son las principales fuentes de este nutriente.
Y es que «si el organismo necesita energía, no será lo primero a lo que recurra. Primero utilizará los hidratos y las grasas y, si se queda sin reservas, echará mano de las proteínas. Pero estas “no tienen como función habitual aportar energía«, Explica en Cuídate Plus, la gerente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN), Alma Palau.
Lo primero que nos sucederá si tomamos demasiadas proteínas es que nuestro estado de ánimo se resentirá y estaremos de mal humor, además podemos sentirnos cansados y desconcentrados e incluso tener sensación de estar mareado, explican desde El Confidencial, desde donde añaden que todos estos síntomas «puede ser un signo de haber ingerido demasiadas y de tener un déficit relativo de azúcar en el cerebro».
Palaú explica también que las proteínas que se consumen en exceso y que el organismo no necesita se acaban metabolizando y eliminando por la orina y ese proceso implica «hacer trabajar a los órganos innecesariamente y los órganos tienen caducidad…Si los uso en exceso, los desgasto y los envejezco antes, lo que se acaba traduciendo en enfermedades como diabetes tipo 2, insuficiencia renal crónica, daño arterial, problemas óseos…»
Además la ingesta exagerada de proteínas puede llevarnos a tener problemas de estreñimiento y mal aliento, el primero por la falta de fibra, explica el dietista y nutricionista Kaleigh McMordie en El Confidencial, además recomienda tomar 25 gramos al día de granos integrales, verduras y frutas. Respecto al mal aliento explica, «Cuando el cuerpo entra en fase de almacenamiento de carbohidratos porque no tiene suficientes, comienza a utilizar la grasa como combustible y esto promueve la producción de cetonas, lo que puede producir el mal olor».
MÁS SOBRE:
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.