
Pero ahora, debido a la Ley de Movilidad Sostenible, estos coches diésel y gasolina, aún teniendo las etiquetas medioambientales B o C, podrían estar a punto de recibir un nuevo impuesto con el objetivo de que en las nuevas compras se priorice la opción de hacerse con un vehículo eléctrico.
Hace unos años, todo parecía indicar que 2025 sería un año en el que todos los coches serían eléctricos, pero la realidad ha resultado ser muy diferente. Es por ello que se está intentando aprobar la Ley de Movilidad Sostenible, que ya ha pasado por el Congreso de los Diputados y a lo largo de noviembre hará parada en el Senado con el objetivo de continuar implantado la movilidad eléctrica y ecológica.
Aunque por el momento no es oficial, si no recibe modificaciones tras su paso por el Senado volverá al Congreso de los Diputados para su aprobación definitiva.
Actualmente, la DGT estudia un cambio radical en las etiquetas medioambientales de cara al próximo año, sobre todo para controlar más los vehículos híbridos que se hacen con la etiqueta 0, cambiando los requisitos actuales que permiten que cualquier híbrido enchufable con una autonomía de 40 kilómetros o más consiga esta etiqueta.
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