La jornada del 28 de abril pasará a la historia como la del apagón masivo que paralizó gran parte de España y Portugal. Sobre las 12:33 del mediodía, un fallo masivo en el sistema eléctrico dejó sin suministro eléctrico, tecnológico y digital a millones de personas. Una situación que en muchos puntos se alargó hasta bien entrada la noche.
Precisamente esto permitió ‘ver’ la oscuridad de la península ibérica una vez se puso el sol. Aunque ya por entonces se había recuperado parte del suministro, desde algunos satélites de la NASA se pudo apreciar la anomalía de un territorio habitualmente iluminado bañado de oscuridad en numerosos puntos.
Fue al caer la noche cuando la magnitud del suceso se hizo visible desde una perspectiva insólita: el espacio. Los satélites de la NASA, Suomi-NPP, NOAA-20 y NOAA-21, capturaron varias imágenes de la región sumida en la penumbra. Las instantáneas, procesadas por la Agencia Espacial Europea (ESA) muestran cómo las luces urbanas desaparecieron casi por completo, dejando un vacío luminoso que contrastaba con el brillo habitual de las ciudades en la noche.
Los satélites de observación de la Tierra son clave para dar respuesta a eventos y emergencias en nuestro planeta.
El pasado 28 de abril tres satélites en órbitas polares de la @NASA captaron imágenes del Apagón y de cómo se restableció el suministro en España y Portugal.… pic.twitter.com/RX22WViwE5— ESA España (@esa_es) May 12, 2025
Entre las 3:12 y las 5:18 de la madrugada del ya 29 de abril, los satélites pasaron en hasta seis ocasiones, registrando la evolución del apagón. Las imágenes revelan zonas completamente a oscuras, mientras que otras comenzaban a recuperar la electricidad de forma gradual. Según Red Eléctrica, el restablecimiento total del suministro se prolongó durante casi 23 horas desde el apagón, aunque algunas áreas recuperaron la luz antes del amanecer.
La situación del apagón ha abierto numerosos debates y vías de estudio. Una de ellas es la relacionada con la contaminación lumínica desde el espacio. Y es que este tipo de eventos, aunque disruptivos, permiten observar cómo los ecosistemas y los ritmos circadianos humanos responden a la oscuridad repentina en un continente donde la mayoría vive bajo cielos artificialmente iluminados.
Lo que sí ha quedado claro es que, desde el espacio, la noche del 28 al 29 de abril no fue una más. Fue una noche en la que una parte de la Tierra, nuestro país, dejó de brillar durante unas horas.
MÁS SOBRE:
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.