Patatas

¿Bicarbonato en las patatas? El consejo que está revolucionando las cocinas y nuestra macrobiota

Tu paladar y tu cuerpo lo agradecerán

Marcos Aceña

Las patatas, ese alimento que todos tenemos en nuestras cocinas y que nos puede salvar de cualquier apuro cuando no sabemos ni qué cocinar. Y es que es uno de los alimentos más versátiles; igual te sirve para hacer un guiso con cualquier proteína como el magro que te acompaña a la perfección un par de huevos fritos.

Y es que, independientemente del modo en el que las cocinemos, son pocas las personas que pueden resistirse a la tentación de comer patatas, pero sobre todo si son fritas. Es uno de los snacks favoritos de niños y mayores, pero lo que muchos no saben es que al prepararlas con bicarbonato están aún más buenas.

Patatas fritas
Getty

El bicarbonato ayudará a que tus patatas fritas estén de 10

Y es que lo mejor de unas patatas fritas es cuando quedan perfectamente crujientes por fuera y cremosas por dentro, y para ello deberemos eliminar el almidón naturalmente presente en este tubérculo. Y aunque hay diversas formas para hacerlo, el doctor en Microbiología alimentaria Manuel Manzano ha explicado un truco que permite que esta tarea sea de lo más sencilla.

Solo debemos cocer medio litro de agua con dos cucharadas de bicarbonato, que conseguirán «alcalinizar el agua, que el pH del agua suba», tal y como él mismo ha explicado en su canal de Youtube.

Cuando rompa la cocción, dejaremos hirviendo las patatas durante 8 minutos, tiempo suficiente para eliminar el almidón y disolver la pectina. Para cortarlas, dejaremos que se enfríen y las secaremos para posteriormente freírlas en un aceite que alcance los 120 grados de temperatura sin llegar a echar humo. Si seguimos todos los pasos a la perfección, tendremos como resultado unas patatas fritas que querremos comer todos los días de nuestra vida.

Cocínalas un día antes de consumirlas

El almidón es una reserva de glucosa que está presente naturalmente en algunos alimentos como las patatas y que al digerirlo se absorbe con gran facilidad por nuestro organismo. El problema es cuando existe un exceso de glucosa, algo que puede llevar a acarrear problemas de salud como la obesidad o el colesterol.

Pero esto no ocurre siempre, ya que hay veces en las que nuestro cuerpo es incapaz de romper estas ‘madejas de glucosa’, dando lugar al conocido como almidón resistente. Y pese a que muchos piensan que este almidón resistente es malo para nuestra macrobiota, la realidad es una muy distinta ya que se convierte en un prebiótico.

Por eso, para que nuestras patatas estén cargadas de almidón resistente, podríamos cocerlas con su piel y dejarlas enfriar en la nevera durante toda la noche, consiguiendo a su vez que el almidón crudo se convierta en almidón retrogradado. Y si tenías pensado hacer un plato caliente con ellas no te preocupes, ya que se pueden cocinar siempre que no se superen los 130ºC en el proceso.