
En un reportaje para El País, la psicóloga María Bernardo explica que «hablamos de que existe un problema cuando se pierde el control y se experimentan consecuencias negativas persistentes. Es decir, cuando este comportamiento tiene un impacto negativo en el día a día de la persona«.
Lo que está directamente relacionado con el intento de los consumidores de «tapar» emociones como la tristeza o el estrés con la compra de bienes para intentar sentirse mejor.
Por otro lado, el psicólogo Eduardo Valenciano asegura que cada vez hay más personas que presentan graves problemas de autocontrol a la hora de adquirir distintos artículos: «Las personas con adicción a las compras querrían no realizar una compra, pero la acaban haciendo; o bien querrían comprar unos productos determinados y acaban comprando muchos más».
Y en este contexto, Bernardo afirma que el cerebro tiene mucho que ver en este empeño desmesurado por hacernos con aquello que no siempre necesitamos: «La anticipación, que consiste en buscar, comparar, añadir al carrito e imaginar ‘lo voy a conseguir’, activa el circuito de recompensa dopaminérgico».
Pero en varias ocasiones esa sensación viene cargada de culpabilidad: «Tras el clic, llega la meseta e incluso la culpa. Si en ese proceso el malestar baja aunque sea un rato, el cerebro aprende la relación y se refuerza el hábito».
Por ello, María recomienda tomar medidas al respecto para no caer en esta dinámica, sobre todo en fechas como el Black Friday o la Navidad: «Una pausa obligatoria de 24 a 48 horas para comprobar que lo que se tiene intención de comprar es una necesidad».
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