
Durante un acto organizado por La Liga contra el acoso escolar, la jugadora explicó por qué decidió participar: «No tuve ninguna duda en participar porque yo también sufrí ‘bullying’ de pequeña«. La jugadora quiso poner voz a quienes, como ella entonces, no sabían cómo reaccionar ni a quién acudir. «Para los jóvenes, tener una voz de referencia como la de un deportista es importante».
Aquella etapa fue complicada. Carolina recordó que durante aquellos años se sentía «muy mal consigo misma» y que el bádminton fue una vía de escape. «Una de mis salidas fue el bádminton. También el apoyo de mis padres y el momento en que decidí hablar con el director del colegio sobre lo que me pasaba», explicaba.
Con el tiempo aprendió que pedir ayuda es fundamental: «Es importante que los niños y niñas tengan la confianza de hablar con sus padres, amigos o profesores. Todos podemos ayudar frente a esta lacra«.
Más allá del bádminton, la onubense quiso reflexionar sobre la influencia de las redes sociales en el día a día, a las que define como «un arma de doble filo». La campeona olímpica explicó que ha tenido que trabajar su fortaleza mental para no dejarse arrastrar por los comentarios negativos ni por la presión constante que genera estar expuesta públicamente.
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