Un equipo de científicos estadounidense ha llegado a la conclusión de que hay cierta conexión entre el herpes y el desarrollo de una demencia, en concreto de Alzheimer. Y es que el citado estudio ha puesto de manifiesto que hay una vinculación entre características moleculares, clínicas y neuropatológicas del Alzheimer y la infección por el virus del herpes.
Este hallazgo abre todo un mundo de posibilidades a encontrar fármacos para tratar el Alzhéimer, que ahora no tiene cura, explicaba uno de los investigadores principales, Feixong Cheng. Además de abrir otras vías de tratamiento de otro tipo de patologías neurológicas vinculadas al virus.
Esta hipótesis de que el Alzhéimer podría tener, en parte, un origen infeccioso, se ha barajado en otras ocasiones. Y es que cuando contraemos una infección por herpes, el virus permanece latente en el organismo durante toda la vida.
El virus que causa el herpes puede infectar células epiteliales, neuronas, linfocitos, explican desde ABC, aludiendo al blog MICROBIO. Y añaden que «se multiplica en las células epiteliales, donde forma vesículas repletas de un líquido que contiene millones de partículas virales. Esas ampollas acaban secándose y forman costras».
Desde el mismo medio explican que el patógeno es capaz de infectar también las neuronas que inervan esa misma zona de la piel: «Asciende por el axón de la célula nerviosa hasta su núcleo. Ahí queda latente o escondido durante meses o incluso años» y cuando menos lo esperamos, puede reactivarse y volver por las terminaciones nerviosas a las células del epitelio de la piel, comenzando así una nueva infección. Es decir, los herpes son capaces de establecer y mantener una infección latente en neuronas durante muchos años y al cabo de un tiempo reactivarse.
También se refieren a que cada vez hay más evidencias que indican que infecciones por herpes simple tipo 1 podrían contribuir a la aparición y progresión de la neurodegeneración. Y hablan de algunos estudios postmortem que han encontrado ADN del herpes simple en cerebros de pacientes con Alzhéimer.
Además, un nuevo estudio epidemiológico publicado estos días en la revista Nature refuerza la evidencia de que vacunarse contra el herpes zóster reduce el riesgo de demencia. En 2013, las autoridades sanitarias de Gales decidieron que cualquier persona que tuviera 79 años el 1 de septiembre de 2013 podría recibir la vacuna, y quienes superaran esa edad no.
Tras examinar los registros de salud durante un periodo de 7 años de más de 280 000 personas sin demencia al inicio del programa de vacunación, compararon la relación entre la vacuna y la demencia llegando a la siguiente conclusión: la administración de la vacuna redujo el riesgo de demencia en un 20%, que aumentaba en el caso de las mujeres.
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