Leiva ya está preparado para vivir un año cargado de música, en el que se volverá a subir a los escenarios para llevar a cabo su nueva gira, que llegará el próximo 30 de mayo bajo el título ‘Tour Gigante’. Recorrerá gran parte de nuestro país y hará escala en algunos de los recintos más emblemáticos como el Movistar Arena de Madrid, el Palau Sant Jordi de Barcelona o la Plaza de España de Sevilla.
Además, también lanzará su nuevo álbum, del que ya hemos podido escuchar cuatro adelantos diferentes como son ‘Bajo presión’, ‘Ángulo muerto’ o ‘El polvo de los días raros’, que estrena hoy.
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En este nuevo tema, Leiva vuelve a hacer de las suyas, plasmando una historia con la que cualquier persona que la escuche puede sentirse identificado. Y lo hace de una manera muy particular, modificando por completo la estructura tradicional de cualquier canción y haciendo lo que mejor sabe, jugar con la música, dando más protagonismo a su voz y relegando la instrumentación a una producción que por momentos es muy minimalista.
Además, con el anuncio en Instagram de este tema podría estar dando a entender que es el último adelanto antes de que se publique el disco completo, ya que en la parte inferior del vídeo aparece escrito ‘4/4’, algo que podría dar a entender que es la cuarta canción de los adelantos que pretendía sacar.
La portada, en la que vuelven a destacar los elementos geométricos, no es la única pieza visual en la que el artista se ha centrado con este lanzamiento, ya que también ha publicado un videoclip muy cuidado estéticamente en el que no faltan ni los fuegos artificiales.
Bajo la dirección de Zipi, Gonzaga Echegaray y Juan Sevilla, y con Pepe Gay encargado de la cinematografía y Blur a los mandos de la producción, el artista añade un nuevo capítulo audiovisual a su cuidada biblioteca.
Se me duerme el cielo de la boca,
el mundo de ayer ya no me pertenece,
creo que odio la ciudad, estoy perdiendo peso.
Voy equilibrando, aunque la angustia crece,
estoy sufriendo 24/7,
no lo termino de encontrar, nunca hay contrapeso.
Hemos entrado en modo circular, la bola crece,
se terminó nuestra versión fatal un martes 13.
Todo esto al fin y al cabo no es nada personal,
mendigarte un simple abrazo se hace demasiado hostil.
Juanchito ya no vive aquí, es un verano extraño,
de repente, la ciudad huele demasiado a ti.
Una minúscula señal, un movimiento claro,
proyectarme en los demás se hace demasiado hostil,
el duelo suele ser así, un algoritmo exacto,
de repente, la ciudad huele demasiado a ti.
Estoy a varias millas de encajarlo, el miedo sigue dominando,
de repente, la ciudad huele demasiado a ti,
estoy guardando un luto medio extraño y no me veo en el mercado,
de repente, la ciudad huele demasiado a ti.
He dado volteretas por tu barrio y te he buscado en los tejados,
de repente, la ciudad huele demasiado a ti.
A veces he esnifado desquiciado el polvo de los días raros,
de repente, la ciudad, huele demasiado a ti.
Huele demasiado, de repente, la ciudad huele demasiado a ti.
De repente, la ciudad huele demasiado. Huele demasiado a ti. Huele demasiado. Huele demasiado a ti. Huele demasiado.
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