
Mostrar nuestras emociones no es algo malo. Llorar cuando es necesario o reír por aquello que nos hace felices es símbolo de autenticidad y va directamente ligado a nuestra personalidad. Sin embargo, un nuevo término, ‘sadfishing’, ha puesto nombre al hecho de hacerlo para nuestros perfiles en redes sociales.
Seguro que alguna vez has visto a tu influencer favorito compartir ciertos vídeos en los que, entre lágrimas, explica alguna vivencia o justifica una polémica relacionada con él o ella.
Esto es algo que ya tiene nombre: ‘sadfishing’, un término anglosajón que fue acuñado en 2019 por la escritora Rebeca Reid y que hace referencia a la dinámica de publicar problemas emocionales con la intención de llamar la atención de sus seguidores o hacer que empatizaran con su situación.
Esta práctica puede parecer una forma de naturalizar los comportamientos de los celebrities o hacer que parezcan más humanos y cercanos a nosotros. No obstante, el problema surge cuando blanquean aquello que de verdad importa, haciéndonos dudar sobre la importancia de los problemas reales.
@byhermoss
si soy hablando conmigo misma para alegrarme
♬ You Are Enough – Sleeping At Last
La psicóloga Junibel Lancho explica cuál es el peligro de no diferenciar entre lo que es teatro y la realidad: «Claro que el melodrama llama más melodrama, solamente me va entrando lo negativo, lo negativo, lo negativo. Y entonces, claro, al final eso, en el fondo, me va a crear ansiedad.»
Además, afirma que para mantenernos «enganchados» a su narrativa, este tipo de conductas es fundamental y, además, hace que aumente su comunidad de usuarios: «Para que a mi cerebro, que es quien lo está viendo, le llame más la atención: Que no carga el móvil, lloro: Que me quedo sin gasolina, lloro. Todo vale en esa estrategia para llamar la atención.»
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