
Cuando pasamos por etapas con mucho trabajo, estudios u obligaciones es normal sentir que quedar con alguien requiere más energía de lo normal. A veces simplemente estamos más cansados de lo que pensamos y necesitamos bajar el ritmo un momento.
En esos períodos, tu mente te está pidiendo un pequeño respiro, tiempo para ti, para ordenar tu mente o para descansar sin planes. No tiene nada que ver con la amistad, solo para recargar energía y volver a disfrutar de los encuentros cuando tengas más ganas.
Otra razón podría estar en que la relación con ese amigo ha cambiado. Quizá ya no compartís los mismos intereses, o el vínculo te exige más de lo que puedes ofrecer en este momento. La psicóloga explica que esto no necesariamente indica rechazo. Puede ser que la relación pida una transformación, no corte.
Decir ‘no puedo quedar ahora, necesito un poco de espacio’ no es un abandono, solo un gesto de madurez emocional. Reconocer cómo han cambiado tus prioridades y decirlo con sinceridad puede ayudar a mantener el lazo sin forzar encuentros que agotan tu mente.
Si la desgana se repite no solo con un amigo, sino con varias personas o actividades sociales, puede ser una señal de agotamiento más profundo. También puede estar relacionada con un momento vital de transición contigo misma. Replantearte quién eres, qué necesitas, a veces incluso sentir que ya no encajas igual con tu propio círculo.
MÁS SOBRE: