
Algo que a la larga puede ser un grave problema para todas aquellas personas a las que les pasa, tal y como ha advertido recientemente un psicólogo especialista en adicciones.
Es probable que en muchas ocasiones hayas escuchado aquello de «Hasta que no aprendas a estar bien contigo mismo no vas a poder estar bien con nadie más» y es cierto. Y con esto no nos referimos a que tengas que vivir completamente en soledad sin relacionarte con nadie, sino a que puedas disfrutar de aquellos instantes en los que tú y tu mente os quedáis solos.
De esto ha hablado recientemente el psicólogo Luis Miguel Real, autor de libros como ‘La mentira de la fuerza de voluntad’ o ‘No pienses en un oso verde’, y lo ha hecho en uno de sus famosos hilos que va compartiendo a través de su perfil oficial en X, donde ha confirmado diciendo: «Quedar con tus amigos es genial, pero si no aprendes a estar a solas contigo y ser capaz de disfrutar de un café a solas porque te apetece, vas a tener una vida muy dura. (…) Pero si no sabes estar contigo mismo, solo, en silencio, sin que te entre el mono de notificaciones o el síndrome del “¿quién soy si no tengo a nadie alrededor?”, tienes un problemita».
Quedar con tus amigos es genial, pero si no aprendes a estar a solas contigo y ser capaz de disfrutar de un café a solas porque te apetece, vas a tener una vida muy dura.
— Luis Miguel Real Psicólogo (@LuisMiguelReal4) June 19, 2025
Pero la cosa no ha quedado ahí, sino que ha querido profundizar más en este tema: «Mucha gente llena la agenda para no escuchar lo que le grita la cabeza cuando está sola. Es un escapismo social, como una verbena emocional constante para no quedarse a solas con sus pensamientos. Pero ojo, que ese ruido no es paz. Es solo ruido. (…) Y el día que se calla, te das cuenta de que no sabes qué hacer con el silencio. Desde la psicología, esto se llama intolerancia al aburrimiento o a la introspección. Es como si tuvieras alergia a tu propio yo sin filtros, por eso hay gente que prefiere un plan de mierda a ningún plan. Por eso a veces se aguanta lo inaguantable en una relación, con tal de no enfrentarse al vacío».
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