No parece que le agrade demasiado la idea, sobre todo por lo incómodas que son y porque siempre se la deja en casa. De tantas veces que tuvo que volver a por ella, su pulsera ya le ha felicitado por cumplir con los pasos diarios.
«Quitarse la mascarilla al llegar a casa, es el nuevo ‘quitarse el sujetador‘», señalaba la humorista, aunque con la diferencia de que, justo después, no tocas el suelo con la nariz…
Eva también se ha dado cuenta de que muy pocas personas saben ponerse la mascarilla correctamente. Por esa razón, establece una clasificación entre los «skaters» que la llevan en el codo; los «arrebato» que se la ponen en la frente; y los toreros: «La llevan en la mano y gesticulan tanto que no sabes si están cabreados o pidiendo una oreja».