Fernando Simón

Fernando Simón se disculpa por su comentario machista: «No fui capaz de contestar como se debe»

Noelia Bertol

La pandemia ha sacado a Fernando Simón del anonimato, convirtiéndolo en uno de los rostros públicos más seguidos de los últimos meses. Un detalle que no hacía especial ilusión al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que aseguraba ser simplemente un funcionario más que hacía su trabajo.

No obstante, eso le ha permitido cumplir uno de sus grandes sueños, escalar con los hermanos Iker y Eneko Pou, dos grandes nombres del mundo de la escalada. Se conocieron el pasado septiembre durante la grabación del programa de Planeta Calleja en el que participó el epidemiólogo.

Su relación ha seguido más allá del proyecto televisivo y el pasado jueves los hermanos y el médico llevaron a cabo un encuentro a través de Facebook Live en el que un desafortunado comentario les ha jugado una mala pasada a los tres.


«Fernando, no nos ha quedado muy claro si te gustaban las enfermedades infecciosas o las enfermeras infecciosas«, comentaban los hermanos Pou al médico en tono jocoso. Una «broma» que este continuó en la misma línea: «No les preguntaba si eran infecciosas o no, eso se veía unos días después«.

Comentarios por los que tantos los escaladores como Fernando Simón han tenido que pedir disculpas después de que organizaciones como el Consejo General de Enfermería (CGE) o diferentes rostros de la política mostraran su indignación y exigieran disculpas públicas por parte de sus responsables.

De este modo, Simón inauguró su última rueda de prensa con un claro»lo siento» que desarrolló más en profundidad. «Ante una broma muy tonta no fui capaz de contestar como se debe. Y lo siento más por mí porque me sabe mal que el esfuerzo de años de quitarme de encima ese bagaje de reflejos aprendidos de frases hechas que para nada tienen que ver con mi forma de pensar. Ha quedado claro que me queda camino por aprender y hacerlo mejor», añadía el mismo.

También se disculparon públicamente los hermanos Pou, que pidieron perdón «de corazón» y aseguraron que siempre tratan de huir de las polémicas y ser «gente que suma«.

La reflexión de Roy Galán

 

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Fernando Simón ha pedido disculpas por la respuesta a la broma sexista sobre enfermeras que hicieron dos amigos con los que tenía una conversación y que él continuó. Que no supo responder correctamente. Lo más común es ser hombre y no saber responder correctamente ante el machismo de los amigos porque existe una especie de pacto masculino llamado fraternidad que hace que pienses que lo peor que te puede pasar es que te expulsen de esa camaradería infinita. Que te consideren poco hombre, un niño, o incluso algo peor: alguien sensible como una «mujer». Los hombres han aprendido a subirse al carro de la virilidad para que no les dejen en el camino y para subirse a ese carro hay que pisar a todo lo que no es un «hombre» de verdad. Hay que hacer ver a los demás y demostrar públicamente que las mujeres no te importan y que los homosexuales te hacen muchísima gracia porque a lo que de verdad tienen pánico los hombres es a que los demás hombres duden de su masculinidad. Habla Simón de que esto que le ha pasado es un bagaje de reflejos aprendidos y de frases hechas. Y exactamente así es: son los reflejos aprendidos y las frases hechas de la masculinidad. El piloto automático que hace que los hombres sean incapaces de enfrentarse a sus amigos y perpetúen así el machismo. Que puedan disculparse con las enfermeras pero no interpelen a sus colegas para decirles que eso es una basura. Quedarte serio es la única forma de romper ese círculo vicioso que supone buscar y encontrar la aprobación dañando a otros. Es hacer ver a tus amigos que hablar así no te convierte en más hombre sino en peor persona. En alguien que necesita oprimir para sentirse poderoso. Todas las personas somos machistas. Porque todas hemos sido atravesadas, socializadas y educadas en un mundo machista. Lo importante, siempre, es darse cuenta y tomar conciencia. Lo importante es Simón diciendo lo siento, estoy aprendiendo. Es relajar la masculinidad. Es prenderle fuego a esa fábrica llamada HOMBRES S.A. Es ser tan libre como para que te dé igual que tus amigos piensen que eres un perdedor por no darles las risas que te piden. A cambio de esa medalla llamada hombría.

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A esta polémica no le faltó el correspondiente análisis del escritor Roy Galán. En sus post en redes sociales analiza frecuentemente algunas de las cuestiones de género y roles que están a la orden del día en nuestra sociedad.

Lo más común es ser hombre y no saber responder correctamente ante el machismo de los amigos porque existe una especie de pacto masculino llamado fraternidad que hace que pienses que lo peor que te puede pasar es que te expulsen de esa camaradería infinita. Que te consideren poco hombre, un niño, o incluso algo peor: alguien sensible como una «mujer». Los hombres han aprendido a subirse al carro de la virilidad para que no les dejen en el camino y para subirse a ese carro hay que pisar a todo lo que no es un «hombre» de verdad.

Roy Galán

 

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