Si te casabas este año probablemente has tenido que aplazar tu boda por el coronavirus. Eso implica un montón de cambios, en las invitaciones, en el banquete, la ceremonia, los invitados, el viaje de novios e, incluso, esta circunstancia te obliga a modificar tu vestido.
Muchas parejas han decidido aplazar su boda y otras celebrar una ceremonia más íntima, lo que ha llevado a un montón de novias a elegir un vestido diferente al que habían pensado en un principio.
Algunas novias han optado por cambiar su diseño más bien clásico por una prenda más sencilla, como un vestido corto, un traje de chaqueta o incluso pantalón o mono y dejar el diseño original para cuándo puedan hacer la celebración “a lo grande”.
Pero si tu idea es ponerte el vestido que habías escogido en un principio para ese día, te damos algunas ideas de mano de la modista Laura Escribano.
Si te casabas esta primavera-verano y has pospuesto la boda para otoño, bastará con revisar un poco los tejidos y añadir unas mangas si tu vestido original no las tenía.
A la manga francesa y a la manga corta se les puede añadir una extensión de tejido más ligero que el resto de la manga.
Sin embargo si cambias la boda de verano a invierno si tendrás que añadir alguna prenda de abrigo o algún tejido al vestido original.
“Es más conflictivo mover la boda de verano a invierno que de invierno a verano en cuanto a diseño de vestido y look se refiere. Es importante tener en cuenta que todos estos puntos dependen también de dónde te cases” afirma la diseñadora.
Opciones para transformar tu vestido de novia
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A la hora de transformar un vestido de novia hay diferentes alternativas, una de ellas es añadir o quitar tejido. Se puede optar por un tejido más liviano o más grueso dependiendo de si pasamos la boda de invierno a verano o de verano a invierno.
Para llevar un escote pronunciado sin morirte de frio, puedes optar por un ajuste muy sutil y fácil, llevar una malla nude o semitransparente que no modificará en nada el corte original. Algo que también puedes usar en escotes en la espalda.
Otra opción es añadir o quitar componentes del vestido, cómo puños, mangas, escotes o espaldas y también está la opción de los complementos tipo abrigos, chaquetas, boleros o capas.
Puedes hacerte una chaqueta con los mismos bordados del cuerpo o la falda del vestido para que así quede totalmente integrada en el diseño original.
“Para el diseño de nuestra nueva colección cápsula de capas, abrigos y chaquetas pensamos en piezas sofisticadas, versátiles y perfectamente combinables con cualquier de nuestros diseños. Queríamos que nuestras futuras novias se sintieran seguras y pudieran seguir luciendo el vestido de novia de sus sueños bodaindependientemente de las condiciones climatológicas del día de su ceremonia y sin renunciar a la esencia de la firma»
Además podemos cambiar los complementos, por ejemplo en lugar de sandalia llevar zapato cerrado si cambiamos de verano a invierno o al revés si el cambio es a verano.
Otra alternativa son los vestidos de novia desmontables, estos suelen basarse en la superposición de prendas y detalles cómo una falda con mucho volumen que se pone sobre una más ligera, mangas desmontables o un chaleco con cola sobre un vestido lencero.
Claves para escoger tu vestido en tiempos de coronavirus
Y si todavía no has escogido tu vestido de novia, Laura Escribano da algunos tips para escogerlo en tiempos de coronavirus.
Escoge una firma con taller propio, eso te asegura que si tienes que hacer cambios en el vestido podrán hacerlos sin ningún problema.
Algo que también es importante a la hora de elegir vestido es el número de celebraciones que vas a realizar.
La diseñadora propone crear dos o tres looks adaptados a cada celebración (boda civil, boda religiosa y celebración). Teniendo en cuenta que entre una y otra puede pasar bastante tiempo.
La opción sería buscar un vestido muy sencillo para la ceremonia civil al que se le puede añadir un sobre vestido de ensueño para la ceremonia religiosa y añadirle una blusa única a la base del vestido para la celebración.
Es importante elegir bien el tejido del vestido, si es posible elegir tejidos atemporales, que puedan usarse tanto en verano cómo en invierno, por ejemplo un crep de densidad media, un georgette o trabajar con varias capas de tejidos con mucha caída.
