Marta nos escribe porque su hijo de 7 años no tiene las mismas aficiones que el resto de niños de su edad. Ni deporte, ni manualidades… Solo la videoconsola, a la que dedica más tiempo del que su madre desearía.
El gran problema viene cuando, por culpa de esto, «no se toma en serio las tareas del cole«. Una consecuencia clara de esta cuarentena en la que, como bien señala Rocío Ramos-Paul, nos hemos relajado en las normas y límites a nuestros propios hijos.
Nuestra especialista ve una solución clara: La atrevida deberá sentarse con él y señalarle que no habrá videojuegos o televisión hasta que no cumpla con las tareas escolares y con las responsabilidades en casa.