La vacuna del coronavirus ha causado mucho revuelo entre la sociedad. El miedo, la inseguridad y la incertidumbre, en cuanto a su funcionamiento se han apoderado de la decisión de muchas personas de no querer ponerse la vacuna.
Este remedio contra la covid ya se ha empezado a aplicar en algunos lugares del mundo y su distribución para que llegue al resto de lugares es inmediata. Sin embargo, son muchas las dudas que se tienen acerca de cómo va a afectar esta vacuna a la forma de vida que tenemos actualmente.
La realidad es que la vacunano va a provocar que dejemos de llevar mascarilla de un día para el otro. Es decir, no supone el fin del virus. Es un proceso lento, por lo que hay que seguir cumpliendo todas las medidas sanitarias impuestas. Sin embargo, es cierto que esta inyección es el primer paso para acercarnos a ese ritmo de vida que teníamos antes del desarrollo de esta pandemia.
La vacuna está muy reciente por lo que no se sabe con certeza si te protegerá de contraer el virus de manera asintomática o incluso de expandirlo. Por eso es importante que sigas llevando mascarilla y guardando las distancias, a pesar de estar vacunado.
Además, esta inyección consta de dos dosis para garantizar el nivel de eficacia. Entre ambas dosis pueden pasar entre tres o cuatro semanas por lo que con más razón hay que seguir cumpliendo las medidas y no presenciar aglomeraciones de gente.
Aunque hay que seguir estando alerta, los vacunados tendrán algunas ventajas. Si algún familiar contrae la enfermedad, solo la persona vacunada podrá llevarle la comida, controlar sus síntomas e incluso poder pasar tiempo con el contagiado. Es muy poco probable que una persona que se ha puesto la vacuna se contagie si sigue usando mascarilla y mantiene las normas de higiene, como el lavado de manos.
La vacuna solo es un paso más, pero sería necesario que todo el mundo estuviese vacunado para erradicar por completo el virus. Hasta que no llegue el punto en el que todos los países erradiquen la enfermedad en su territorio, no se podrá volver a una total normalidad. Es probable que en la próxima primavera la situación esté mucho más controlada, pero las mascarillas van a seguir siendo nuestro mejor aliado.
