Hasta el momento, Raquel daba un dinero limitado para que su hija no se tomase más de dos copas en discotecas. Sin embargo, ahora que estaban cerradas, teme que esa misma cantidad le sirva para tomarse 10 y hasta 11 copas en los botellones.
Ella plantea dos posibilidades: Prohibírselo aunque se quede sin ver a sus amigos, o reducirle el dinero que le da, algo que puede no servirle de nada si la acaban invitando.
Pedro García Aguado considera fundamental hablar con la joven para saber si está haciendo un uso abusivo del alcohol. «Prohibir nunca ha sido una buena opción, solo hace que lo hagan y no lo cuenten», explicaba tras la primera posibilidad.