La atrofia vaginal o vaginitis atrófica no es más que adelgazamiento y pérdida de elasticidad de la mucosa vaginal y vulvar, algo normal como consecuencia de la edad. Pero, ¿cuáles son los síntomas que pueden indicarnos que estamos padeciéndola? Los principales efectos de esta dolencia que pueden servir como señal de alerta son:
Sin embargo, una de las consecuencias más comunes de la atrofia vaginal tiene que ver directamente con el autoestima de las mujeres. Muchas de ellas se sienten mayores al notar estos síntomas, apagadas o deprimidas por evitar las relaciones sexuales. Algo que puede llegar a afectar a su vida personal, profesional y sentimental.
Por lo que, si sufres alguno o varios de estos síntomas y ya has pasado o estás entrando en la menopausia, ¡alerta! No se trata de dolencias inherentes a esta etapa femenina, sino que podría tratarse de atrofia vaginal, un trastorno que se puede remediar o, al menos, mitigar.
La atrofia vaginal está directamente relacionada con la producción de estrógenos y, por lo tanto, con la menopausia. Al tener menos estrógenos, los tejidos vaginales sean vuelven más secos y frágiles y menos elásticos. Sin embargo, no se trata de algo que ocurra única y exclusivamente durante la menopausia, puesto que está directamente relacionado con la producción hormonal de nuestro cuerpo.
Otras de las situaciones en las que puede ser común padecer atrofia vaginal sería en períodos de tantos cambios en el cuerpo de una mujer como la lactancia materna, así como otros supuesto como en el de personas que estén siendo sometidas a algún tipo de tratamiento hormonal.
Cualquier tipo de tratamiento deberá ser recetado por el médico o ginecólogo pertinente, dependiendo de cuál sea el grado y el síntoma que padezca cada mujer.
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