El párroco atrevido comenzaba la llamada con la idea de frenar el reparto de mascarillas en cada una de sus misas. La iglesia se está quedando sin ellas y apela a la responsabilidad de los fieles para no gastar tanto dinero.
Sin embargo, la conversación irá por otros derroteros al escuchar el sonido de una cafetera y descubrir que Joaquín es el dueño de un bar en Ocaña. Un lugar donde el Padre Montalvo ha tomado algún que otro café y al que promete ir para tomarse un buen vermú.
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