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Isabel Rábago sufre un severo ataque de ansiedad tras la emisión de un vídeo

La periodista tuvo que ser atendida por el personal sanitario

Alvi Ferrante

Adara Molinero y Miguel Frigenti no tienen sentido de la medida. La pareja de amigos decidían cebarse con Isabel Rábago dándole un susto mientras dormía. Valiéndose de un muñeco, se acercaban a la cama de la periodista para despertarla con un chillido. Creo que ya estamos muy mayores para estas cosas, ¿no?

La primera reacción de Isabel Rábago: en el cubo, hecha un manojo de nervios

Rábago huía de su habitación para esconderse en el cubo y pedir ayuda a la organización. En la noche de ayer, el programa emitía las imágenes a la casa completa. Era evidente que la profesional de Mediaset estaba sufriendo un auténtico ataque de ansiedad. 

Los concursantes recibían esas imágenes con un silencio sepulcral a modo de denuncia. Las caras de Adara y Frigenti evidenciaban la vergüenza que estaban pasando. Cristina Porta tomaba entonces la palabra para señalar a sus enemigos de reality: «No quieren pedir perdón y están todo el rato provocando, ¿una persona adulta hace eso?».

Su «noviete» Onestini se sumaba a la reflexión diciendo: «Se sabe muy bien que tiene este problema, esto no es una broma, es intentar hacer daño a una persona que sufre».

El segundo episidio ansioso en pleno directo

En plena discusión, el cuerpo de Isabel Rábago comenzó a temblar. La periodista emitía una especie de suspiros, cada vez más rápidos y acelerados. Carlos Sobera, en ese momento presentando, detenía a Cristina Porta para preocuparse por el estado de Rábago. De nuevo, era víctima de un episodio ansioso severo.

Luis Rollán abandonaba el salón con su amiga a petición del presentador que les invitó a acudir al cubo. Entendemos que allí, la periodista sería atendida por el personal sanitario del programa.

Frigenti y Molinero no entonan el mea culpa

Por supuesto, ninguno de los dos protagonistas del desafortunado momento no se daban por aludidos. La influencer se defendía de esta manera: «Fue una broma sin más. Es una chorrada, es un muñeco que ella ni se asusta, creo que tiene un montón de tensión del programa que tiene acumulada. Si llego a saber que esa broma desencadena en eso esto por supuesto que no lo hago».

Miguel, por su lado, pedía perdón con la boca pequeña y muchos peros«No se me caen los anillos en pedir disculpas, pero no se nos puede hacer responsables de que una persona esté mal».

Luis Rollán, ya de vuelta en el salón se enfrentaba a Adara: «Las bromas se les hacen a gente con la que te tratas, con gente con la que no te miras en la casa es provocar. Es incapaz de pedir perdón«. El colaborador se llevaba los aplausos de la casa al completo.

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