Desirée Bela-Lobedde

«Color carne», un cuento para educar contra el racismo

Para la autora es esencial instruir a las futuras generaciones para no repetir conductas racistas y clasistas.

Ana Más

Desirée Bela-Lobedde (1978, Barcelona) es la autora de Color carne (Penguin Kids, 2022), un álbum ilustrado por Lydia Mba para enseñar a los niños a pensar sobre los diferentes colores de piel que hay. Y es que «Color carne», es un cuento para educar contra el racismo.

Los colores son los protagonistas de esta historia en la que se muestran nerviosos porque llegan al cole, dónde van a ser los encargados de dibujar el mundo.Todos están contentos excepto el color carne, ya que cuando la maestra propone pintar familias, Kumiko, una de las niñas de la escuela, escoge el marrón amarillento para pintar a su hermana y otro niño escoge el marrón para pintar a su primo.

El color carne se entristece al ver que el mundo no es cómo él creía y se asombra cuando la maestra explica que “hay tantos colores de piel como personas hay en el mundo y que solo un color no sirve para representar a tanta gente”. Y es que para la autora si solo hay un “color carne”, el resto de personas que no entran en ese color, que son la mayoría, están invisibilizadas y no reconocidas


«Color carne», un cuento para luchar contra el racismo


Los padres de Desirée Bela-Lobedde son de Guinea Ecuatorial y se conocieron en Barcelona dónde nació ella y de donde son también sus hijas.

Esta activista antirracista se estrena como escritora de literatura infantil, aunque ya ha publicado dos libros para adultos. Tal cómo explica el Eldiario.es , el cuento es «una excusa para hablar y hacer pensar a las criaturas sobre esta idea del único color para representar a todas las personas….Los niños ven los diferentes colores en las pieles y pretender que no los vean es absurdo”.

La escritora explica que «venimos de un modelo educativo en el que se nos ha enseñado a que ver colores es malo, porque cuando se han visto ha sido para oprimir, violentar y castigar a la gente” y añade que debemos cuidar y respetar la diferencia y no vivirla con miedo y sentimientos de que “ponen en riesgo nuestros valores”.

Además invita a padres y educadores a “seguir potenciando que vean los colores desde el valor y el reconocimiento de la diferencia”, explicar a los más pequeños que los diferentes colores implican orígenes, historias y formas de ver el mundo distintas, además de «que lo diferente es bonito, con lo que debe ser reconocido y puesto en valor”.

 

 

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