Estos son los 10 pueblos más bonitos de España para visitar en otoño

Estos son los 10 pueblos más bonitos de España para visitar en otoño

Una lista con los rincones más encantadores de nuestro país para hacer rutas o disfrutar del paisaje

Sandra Escobar

La despedida del verano suele ser un momento triste. Decir adiós a más horas de luz, a los tirantes, las vacaciones y a los rayos de sol que nos rozan la cara pude llegar a ser duro. Pero este ‘hasta luego’ se vuelve menos amargo al pensar en que el otoño no es solo la estación de las lluvias o el «no sé qué ponerme», sino también la de la mutación de los árboles, la caída de las hojas y, en definitiva, la época perfecta para hacer esas rutas que siempre se dejan para después del verano o viajar a esos pueblos, algunos olvidados al estar en zonas del norte a las que, a veces, no apetece tanto ir en verano.

Sea como fuere, lo cierto es que dejar para los festivos y puentes de otoño la visita a los lugares un tanto más lúgubres o desconocidos puede ser la mejor de las tácticas para aventurarse en la temporada en la que los bosques son más frondosos y la naturaleza parecer estar más alimentada, ya que deja paisajes con el verde como color protagonista. Por ello, hemos recopilado una lista con las localidades con más encanto en las que encontrar playa, montaña, gastronomía y arquitectura.

Los 10 pueblos más bonitos para visitar en otoño:

  • Castellfollit de la Roca, Girona
  • Lastres, Asturias
  • Torla-Ordesa, Huesca
  • Ochagavía y su su selva, Navarra
  • Val d’Arán, Lleida
  • Puebla de Sanabria, Zamora
  • Liérganes, Cantabria
  • Bárcena Mayor, Cantabria
  • Hondarribia, Asturias
  • Ruta por los Pueblos Negros y Arquitectura Roja

 


1. Castellfollit de la Roca, Girona

Castellfollit de la Roca, Girona (Getty).
Castellfollit de la Roca, Girona (Getty).

Para los que sueñen con asistir en persona a escenarios que emulen la niebla o la arquitectura de inspiración medieval, su sitio es, sin duda, Castellfollit de la Roca, un pueblo perteneciente a la comarca de la Garrotxa, en Girona. Como dato curioso, estamos ante uno de los términos más pequeños de todo el territorio nacional; aunque cualquiera lo diría al ver la espléndida, o temeraria, ubicación en la que se encuentra, como si de un abismo se tratara.

Si todas las calles llevan a Roma, en el caso de esta localidad se diría que todas sus callejuelas terminan en la vieja iglesia de Sant Salvador, situada justo en el extremo del risco donde hay premio para aquel que llegue. Eso sí, no es apta para acrófobos, ya que hay un mirador a una altura de 50 metros.

2. Lastres, Asturias

Lastres, Asturias (Getty).
Lastres, Asturias (Getty).

Las localidades que recorren el norte del país no pueden faltar en esta lista. De hecho, en Asturias encontramos algunos de los pueblos más bonitos de España; uno de ellos es Lastres, en Asturias. Este pueblo pesquero con fantásticas vistas al mar cuenta con una verdadera atracción turística, el mirador de San Roque desde el que contemplar el idílico lugar en el que se ubica, mirando a las aguas del Cantábrico.

Además de las vistas, otro de los puntos que es recomendable visitar es el fortín de El Castillo o la Torre del Reloj; pero si hay una visita imprescindible es alguna (o varias) de las sidrerías en las que catar también un sabroso pescado fresco.

3. Torla-Ordesa, Huesca

Torla-Ordesa,Huesca. (Getty)
Torla-Ordesa,Huesca. (Getty)

La lista de los pueblos más bonitos de España para visitar estaría incompleta si no integra uno o varios nombres que se encuentren cerca de los Pirineos, un terreno espectacular que guarda paisajes y rutas imposibles de eludir. Uno de los pueblos que entran en esta descripción es Torla-Ordesa, una localidad en el Sobrarbe, al norte de la provincia de Huesca, Aragón.

Al encontrarse en el corazón del Valle de Ordesa, este pueblo regala a la vista unas imágenes dignas de las más heroicas escenas de Juego de Tronos o La Casa del Dragón; lo que lo convierte en uno de los destinos más idílicos a los que viajar en otoño si eres más del norte.

4. Ochagavía y su su selva, Navarra

Selva de Irati, Navarra (Getty).
Selva de Irati, Navarra (Getty).

Los bosques encantados existen y el mejor ejemplo de ello es la Selva de Irati, un idílico paraje entre el norte de Navarra y los Pirineos y que es considerado como el segundo mayor hayedo abetal de Europa. Ochagavía es el nombre del pueblo que alberga este frondoso bosque que nada tiene que envidiar al de las películas.

Si hay algo que se puede hacer para aprovechar esta peculiar vista es caminar y recorrer todo lo que permitan los pies. En este enclave de semejante belleza puedes encontrar hayas, robles, abetos, abedules, sauces, helechos y musgos con un claro protagonista; el verde. Por ello, el color de las casitas que decoran el pequeño pueblo de Ochagavía destaca especialmente, con sus blancas paredes. Una visita indispensable.

5. Val d’Arán, Lleida

Val d'Arán, Lleida. (Getty)
Val d’Arán, Lleida. (Getty)

En este caso, hablamos de una comarca que se ubica en los Pirineos centrales, en la provincia de Lleida, Cataluña. Se encuentra en una posición privilegiada al ser de alta montaña y hacer frontera con Francia. De ahí que sus habitantes hablen el arán.

En Valle de Arán se puede disfrutar de actividades de ocio muy variadas, como las aguas termales de Les o recorrer los increíbles parajes que guarda el santuario de Era Artiga de Lin; así como visitar las iglesias románicas de Salardú, Vilamòs y Bossòst.

6. Puebla de Sanabria, Zamora

Puebla de Sanabria, Zamora (Getty).
Puebla de Sanabria, Zamora (Getty).

Puede que su nombre no aparezca en todos los litados de pueblos con más encanto, pero la realidad es que Zamora guarda entre sus tierras un pequeño y peculiar pueblo que llama la atención de todo aquel que lo visita. Una vez allí, es imperdonable no visitar la fortaleza del castillo de los Condes de Benavente (y sus vistas) o no recorrer sus callejuelas. En caso de hacerlo, es aconsejable echar un vistazo a los lados para no perderse ni un detalle de sus balconadas y sus rojizas flores.

Como parte de su atractivo, cabe destacar la calidad de su carne, que puedes encontrar en los establecimientos y asadores del centro del pueblo, y, si tienes tiempo, visitar el Lago de Sanabria, un rincón de calma y gran belleza al que poder recurrir, eso sí, en días de más calor. Otro punto, casi olvidado en el mapa, que merece la pena visitar y no se encuentra muy lejos de Puebla, es la curiosa aldea de Pías, un acogedor oasis donde ocultarse del ruido y la contaminación y deleitarse con sus prados, sus recónditas rutas o sus humildes (y contadas) casas de piedra y, si hay ocasión, puedes observar las lluvias de estrellas en todo su esplendor.

7. Liérganes, Cantabria

Liérganes, Cantabria (Getty).
Liérganes, Cantabria (Getty).

Otro esencial en la lista. Liérganes cuenta con un centro histórico que fue declarado Conjunto de Interés Histórico-Artístico en 1978. En esta localidad cántabra podemos hallar pequeños tesoros como las capillas del Humilladero, el Palacio de Cuesta-Mercadillo o la iglesia de San Sebastián. Aunque si hay un espacio que atraer de veras a los forasteros es el balneario, el centro termal más antiguo de toda la región.

8. Bárcena Mayor, Cantabria

Bárcena Mayor. Cantabria (Getty).
Bárcena Mayor. Cantabria (Getty).

Para los que han visitado ya Patones de Arriba, en Madrid, la foto de Bárcena Mayor, situado en una pequeña vega del río Argoza, al pie de las montañas cántabras, es muy similar. En este pueblo podemos encontrar las tradicionales casas rurales de montaña, además de la iglesia barroca de Santa María (siglo XVII). Hablamos de una localidad de postal de menos de 100 habitantes que se sitúa en el centro de la reserva del Saja; siendo el único pueblo que se ubica dentro de de este parque natural y es, además, uno de los más antiguos de España.

9. Hondarribia, Asturias

Hondarribia, Guipúzcoa (Getty).
Hondarribia, Guipúzcoa (Getty).

Del verde de los bosques y el azul de las playas, llega el colorido inigualable de Hondarribia, en Guipúzcoa (País Vasco). Este humilde pueblecito es especialmente conocido por el encanto de sus casas, decoradas con llamativos tonos cromáticos y unos balcones imposibles de no mirar.

En su interior se puede disfrutar de puntos como La Marina, un antiguo barrio de pescadores que es donde se concentran estos balcones de colores que deben sus tonalidades a la pintura que sobraba para decorar los barcos. ¡Un material bien aprovechado!

10. Ruta por los Pueblos Negros y Arquitectura Roja

El Muyo, Segovia (Getty).
El Muyo, Segovia (Getty).

La ruta por los pueblos que conforman lo que se denomina como Pueblos Negros o Arquitectura Negra es, quizá, una de las más conocidas de nuestro país y de las más longevas. A día de hoy son muchas las personas que optan por encaminarse en ella cuando llega el otoño, ya sean parejas, grupos de amigos o en familia.

En total, son ocho los pueblos de la provincia castellanomanchega de Guadalajara que conforman esta lista ‘negra’: Umbralejo, Valverde de los Arroyos,  Matallana, Campillo de Ranas, Majaelrayo, Campillejo, La Vereda y Roblelacasa. Esta ruta se recibe ese nombre por los materiales con los que se construyen las casas que se pueden ver en cada uno de los pueblos, de pizarra y madera de roble. De similar estilo es la ruta de la Arquitectura Roja que pertenece a Segovia y está formada por los Pueblos Negros y Rojos: Riaza, Ayllón, El Muyo, Madriguera, Villacorta o Estebanvela.

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