Kapping: esta es tu manicura si tienes las uñas frágiles

Consiste en aplicar una base reforzada con queratina sobre las uñas más débiles

Ana Más

Si notas tus uñas más quebradizas y frágiles últimamente el Kapping es para ti. Se trata de un tipo de manicura poco conocida aún pero que, sin embargo, es muy eficaz a la hora de fortalecer nuestras uñas por muy dañadas que estén. Un excelente tratamiento para uñas débiles, quebradizas o incluso para personas que no pueden dejar el hábito de mordérselas.

El secreto es utilizar un esmalte que además de actuar como base, actúe como tratamiento fortalecedor y barrera ante posibles agresiones a tu uña. Algo que antes se solucionaba aplicando una laca de uñas base que creaba una película brillante para proteger a la uña del esmalte que aplicábamos posteriormente. Pero estas bases no son suficientes en el caso de uñas muy frágiles.

Y es que si la base de tu uña está dañada, muy débil o muy blanda, es imposible que tu manicura quede bien, ya que el color penetrará en la lámina, la manicura no se fijará de la forma adecuada y en poco tiempo se empezará a estropear y a saltar.


Kapping, esta es tu manicura si tienes las uñas frágiles

Hace poco empezaron a surgir las bases de esmaltes enriquecidas con queratina, que es la principal proteína de las uñas. La queratina, además de mejorar la manicura que ponemos encima, es un tratamiento para la uña, ya que la fortalece y estimula su crecimiento y evitar que se quiebre con facilidad.

La manicura kapping consiste precisamente en aplicar estas bases reforzadas sobre las uñas más débiles, para crear una estructura fuerte pero que no haga que no aporte longitud ni grosor a la uña como las uñas de gel, sino dejándolas con la misma apariencia.

Una de las ventajas de este tipo de manicura es que es muy sencilla de realizar. Sobre la uña limpia se aplica una capa o dos si la uña está muy debilitada, de este tipo de esmalte con queratina y se seca con lámpara. Cuando está bien sellada se esmalta la uña pero ya sobre una base fuerte y lisa.

El kapping dura entre dos y tres semanas y puede rellenarse o quitarse de forma muy parecida a los esmaltes semipermanentes.

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