niño llorando en el suelo

Lo que debes hacer si a tu hijo le da una pataleta

Levantar la voz empeora las cosas

Ana Pérez

Una rabieta de vez en cuando es normal en el crecimiento de tu hijo. Esta situación no es fácil de gestionar cuando suceden, pues que se tire al suelo llorando desconsoladamente a gritos no es agradable.

Seguro que sueles experimentar esto una o dos veces por semana, o así lo afirma la Asociación Estadounidense de Psicólogos Escolares. Antes de que te entren ganas de ponerte a gritar a ti cuando lo hace, párate a pensar qué es lo correcto.

Termina con las rabietas de tu hijo de esta manera

Las pataletas suelen estar provocadas por el hambre, cansancio, frustración malestar. Se suelen empezar a dar a partir del segundo año de vida cuando el niño comienza a desarrollarse pero aún no sabe como expresar sus emociones, y mucho menos gestionarlas.


También puedes leer:

La policía alerta: «No lo creas si te llega este mensaje de WhatsApp de tu hijo»

Errores que te dificultan conectar con tu hijo adolescente

Pon límites a tu hijo: por qué es vital decirle que «no»

El problema con tu hijo es que no entiendes su idioma: el vídeo para entender a los adolescentes que se ha hecho viral

«Los niños pequeños carecen de las habilidades físicas, motrices y lingüísticas necesarias para conseguir lo que quieren, algo que, como es normal, puede provocarles frustración», explica Paul L. Underwood en The New York Times. «¿Cómo te sentirías si quisieras una cuchara, pero no llegaras al cajón de los cubiertos y nadie entendiera lo que les estás pidiendo?», sostiene.

Los expertos recomiendan a los padres mantener la calma cuando se de esta situación. Quizá te salga reñirle por portarse mal, pero puede empeorar las cosas. Hay una técnica para volver cuanto antes a la normalidad: cantar.

«Cantar tiene un efecto relajante en el cerebro y el cuerpo, tanto para el cantante como para el oyente. Cantar puede ayudarnos a relajarnos a nosotros mismos durante estos momentos, lo que nos permite servir de ejemplo para que nuestros hijos se relajen también. Entonces, ya podemos aplicar nuestras habilidades de comunicación y conexión para que se sientan seguros y oídos en un momento difícil», explica la psicóloga Cassidy Freitas.