El investigador explica además que actualmente está claro que los hábitos nutricionales están detrás de muchos de los tipos tumorales más frecuentes «sobre todo los gastrointestinales y los de mama o próstata, dependientes de hormonas”. Y hace hincapié en cómo las investigaciones se han centrado en los últimos años en ver como «el tabaco, el alcohol, o el sol provoca mutaciones en nuestras células, y se nos ha olvidado lo más cotidiano, la nutrición y el estilo de vida.»
Malumbres habla de los procesados, bollería, zumos, comida rápida sobre los que explica que «A corto plazo, quizá, no tiene unas consecuencias muy grandes, pero a largo plazo afecta mucho. Por ejemplo, nuestro cuerpo está preparado para tomar una cantidad determinada de azúcar, que además, es adictiva para nosotros. El problema viene cuando acumulamos durante 30 o 40 años tal cantidad de azúcar, que es la responsable de varias enfermedades como la diabetes, la obesidad, pero también el cáncer».
Estos países suelen ser Islas o territorios elevados donde casi no llegan alimentos procesados y todos ellos tienen en común una alta longevidad y un porcentaje de enfermedades muy bajo, comen lo que cultivan, toman bastante pescado y menos carne roja y los zumos y los bollos no están apenas presentes en su dieta.
Y habla sobre la importancia de la alimentación en la disminución del cáncer, «Al cambiar la dieta y el estilo de vida, hablamos de que a un niño le salga cáncer o no le salga. Se espera que, en 2050, la mitad de los hombres y una de cada tres mujeres tendrá un cáncer. Si solo con nutrición, conseguimos reducir del 50% al 10-5%, imagina lo que significa esto en nuestros hijos y nietos».
Una idea que apoya Miguel Ángel Seguí, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de servicio de oncología del Hospital de Sabadell, que insiste en comer mucho verde, legumbres, proteínas procedentes del pescado, poca carne roja y hacer ejercicio y añade que no solo la dieta mediterránea es la buena, «también la dieta japonesa, basada en mucho pescado, o la nórdica que tiene mucha legumbre, vegetales y pescado azul, huevos y lácteos. Todas con poca carne roja y pocos alimentos procesados».
El médico insiste, cómo su colega, en que hay que evitar los procesados algo que es labor de todos incluidas las administraciones y es que «Bollería, azúcares, platos preparados, colorantes, estabilizantes una dieta basada en estos alimentos confirman que aumenta el riesgo de cáncer».
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