Los nutricionistas estiman que los niños consumen en España cinco veces más del azúcar necesario, pero hemos diferenciar entre el azúcar presente en los alimentos y el añadido. Te contamos por qué moderar su consumo en los niños es importante.
Ser Padres recoge las recomendaciones del Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (Espghan) en su guía práctica sobre ingesta de azúcar en bebés, niños y adolescentes, que explica que “el término total se refiere tanto al azúcar naturalmente presente en los alimentos como al azúcar libre. Se encuentra de forma natural en las frutas, hortalizas y algunos granos, así como en forma de lactosa en la leche y los productos lácteos”.
Según la OMS el azúcar libre es, “todos los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos y bebidas por el fabricante, cocinero o consumidor, además del azúcar presente de forma natural en la miel, los jarabes, los zumos de frutas y concentrados de zumos de frutas”.
La OMS recomienda que en adultos el consumo máximo de azúcar añadido diario sean 25 gramos y en niños 16 gramos.
Según los expertos, “existe evidencia científica de que los azúcares libres y añadidos son el principal contribuyente al aumento de peso, la obesidad, la caries dental y otros efectos adversos para la salud”.
Además la recomendación del Espghan es consumir el azúcar siempre que sea posible de forma natural, a través de la leche materna y los productos lácteos sin azúcar cómo el yogur natural. Los niños deben tomar frutas frescas enteras en lugar de productos lácteos azucarados.
Debemos evitar darles a los bebés bebidas que contengan azúcar en biberones o tazas, y a los niños se les debe desanimar en el hábito de dormir tomando bebidas o leche azucaradas en biberón.
Pero vayamos por partes:
Suficientes razones sin duda cómo para controlar el consumo en nuestros niños.