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Rozalén

Así ha sido la odisea de Rozalén en su último viaje

La artista ha demostrado que la vergüenza no te lleva a ninguna parte

Andrea Romero

La cantante Rozalén ha vuelto a compartir una de sus ya habituales batallitas que ha dejado a sus seguidores con una sonrisa en la cara por la capacidad de improvisación tan peculiar que tiene la artista en estos casos.

Si bien ya sabemos que Rozalén es una persona muy cercana con sus fans, también lo es hasta con los desconocidos que se cruza por el camino. Una de sus grandes habilidades es la capacidad de conectar con las personas fácil y rápidamente, y lo ha demostrado con creces en esta última aventura en la que se ha embarcado.

Resulta que la artista se encontraba en el aeropuerto, a punto de embarcarse en un vuelo hacia Bilbao, pero debido a las condiciones meteorológicas hubo un giro dramático en los acontecimientos y se desencadenó una inesperada historia.


Rozalén demuestra una vez más que con la vergüenza no se llega a ninguna parte

En medio de la locura de un vuelo cancelado, Rozalén y su equipo se encontraban en la cola de la aerolínea cuando escucharon a dos jóvenes que planeaban alquilar un coche para llegar a su destino. Sin pensarlo dos veces y con su característica falta de vergüenza, Rozalén se acercó a ellos y les propuso compartir el viaje.

Lo que siguió fue «una auténtica gymkana digna de un capítulo de Netflix», como decía la propia cantante. Rozalén, junto a los recién conocidos Asier, Diego, Rocío y Bea, emprendieron un viaje inolvidable hacia Durango en el que no faltó conversación, historias graciosas y música que compartir.

 

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La cantautora expresó su asombro y gratitud por la experiencia, señalando que la realidad, por desgracia y por suerte, supera a la ficción. Rozalén hizo hincapié en la belleza de cruzarse con personas maravillosas en el mundo y agradeció a sus compañeros de viaje por compartir este episodio inolvidable.

Sin duda, esta anécdota demuestra que la cantante no tiene nada a lo que temer y siempre está lista para aprovechar la vida al máximo… y por supuesto que la vergüenza no te va a llevar a ninguna parte.

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