Alexia Putellas

La dura pérdida que marcó la vida de Alexia Putellas con apenas 18 años

La futbolista perdió a su padre, quien le inculcó su pasión por este deporte

Noelia Bertol

El de Alexia Putellas es uno de los nombres más aclamados del futbol femenino, del cual ahora la selección española disfruta de uno de sus mayores hitos al pasar a la gran final del la Copa Mundial Femenina de la FIFA, la cual tendrá lugar el próximo domingo 20 de agosto. Putellas es una de las principales protagonistas de esta competición, no solo por su capitanía, sino también por su dominio del balón en el campo, y es que no podemos olvidar que es la futbolista más reputada de nuestro país.

Lleva el fútbol en las venas, y es que desde muy pequeña su padre le inculcó la pasión por este deporte. A este vincula sus primeros recuerdos con el balón, pues era él quien la llevaba a las competiciones y quien depositó toda su confianza en un futuro lleno de éxito para su hija.

El duro momento que marcó la vida de Alexia Putellas

De ahí que fuera un auténtico mazazo para Alexia Putellas cuando a sus 18 años le sorprendió la noticia de la muerte de su progenitor a causa de una enfermedad contra la que luchaba. Un duro acontecimiento que, lejos de hacer que esta dejara a un lado el deporte, se enfocara más en esa pasión que compartía con su padre, convirtiéndose en la exitosa futbolista con la que ambos soñaban.


Tras conseguir su primer Balón de Oro en el año 2021, esta no dudó en su dedicatoria: «Quiero dedicarle este momento a alguien que ha sido, es y siempre será por quien hago todo. Espero que estés muy orgulloso de tu hija, allí donde estés. Esto es para ti, papá«. Un galardón que volvía a recoger un año después, en 2022, convirtiéndose en la primera mujer en conseguir este reconocimiento durante dos años consecutivos.

La muerte de su padre marcó la vida de Alexia Putellas, pero también su recorrido profesional. Y es que tras esta dura despedida la joven se centró en el fútbol como nunca, trabajando intensamente para poder cumplir los sueños que compartía con su progenitor, al que no pensaba defraudar. Con la óptica del tiempo podemos confirmar que lo ha conseguido. ¡Y esto no ha hecho más que empezar!