Llegas nervioso o nerviosa a una entrevista de trabajo y, de repente, el entrevistador para el puesto al que aspiras te dirige hacia la cocina de la oficina. Con o sin pretextos de por medio, te cuenta que la entrevista va a ser ahí y te ofrece un café. Al principio, dudas; pero accedes sin rechistar. Todo parece ir bien hasta que llega el momento cumbre: ambos os acabáis la bebida. Es entonces cuando da por finalizado el encuentro y ves que la persona encargada de atenderte se queda esperando.
Se trata del test del café y te están poniendo a prueba. De ti depende que te cojan o no en la empresa. No es una locura, se trata de una estrategia para fichar gente que usan en muchos espacios de trabajo, en la cual evalúan cómo actúa el entrevistado tras terminar: ¿limpia la taza o la deja sucia? Si es lo primero, entonces has pasado la prueba.
Por muy desconcertante que parezca, esta no es, ni de lejos, la técnica más loca con la que te pueden sorprender en una entrevista:
No, no has leído mal. La táctica del paseo o las cañas ha sido planteada por empresarios de la talla de Tren Innes, directivo de la compañía tecnológica Xero; aunque este se la copió a otro CEO aún más reconocido: Steve Jobs. De él sacó el truco de la cerveza en las entrevistas de trabajo —que aparece reflejado en su libro In the Company of Giants: Candid Conversations With the Visionaries of the Digital World (1998)—, según el cual, el magnate se planteaba la siguiente cuestión: «Siempre me pregunto si me tomaría una cerveza con esta persona y si me gusta su compañía». Otra de las reflexiones de ambos empresarios a la hora de entrevistas a los candidatos era: «¿Conversaría con ella relajadamente dando un paseo?».
Esta es la estrategia que ha inaugurado la cervecera Heineken. Consiste en un método que se divide en tres fases. En primer lugar, el aspirante para el puesto tiene que saber reaccionar a un gesto inesperado: que le lleven de la mano hasta el despacho del entrevistador. Em segundo lugar, el encuestador finge un mareo para ver cómo actuarían los entrevistados y, por último, está la salida de emergencia. La propia compañía activa un simulacro y fingen que hay un incendio para ver cómo reaccionan los encuestados.
La empresa británica Dyson es otra de las marcas que se han apuntado a las técnicas para entrevistar más alocadas y su estrategia más llamativa es la del desafío. Hace unos años, la empresa quiso probar la inteligencia y el potencial de los aspirantes y les propuso un juego, tal y como recoge The Telegraph. A través de un vídeo, el CEO, Max Conze, les instaba a dar con una clave oculta. Es lo que ellos han denominado como ‘Rethinkers‘. «No se trata de pensar de forma inteligente, sino de actuar de forma inteligente», decía en el vídeo.
Microsoft no podía faltar en la lista de entrevistas de trabajo surrealistas. Sus preguntas a los futuros trabajadores son, de hecho, de las más extrañas que te podrías encontrar. La fórmula para entrevistar es nada menos que la siguiente: «Si pudieras elegir entre estos dos superpoderes: ser invisible o volar, ¿cuál escogerías?«. Aunque no hay una única respuesta correcta sí hubo una persona que contestó de la forma que más pareció gustar a la compañía: «Es fácil, elegiría ser invisible y así podría volar gratis».
«Te han reducido al tamaño de una moneda de libras y te han arrojado a una batidora». Así empieza una de las preguntas que lanzan a los aspirantes que buscan un hueco en Google. El resto de la prueba te dejará de lo más descolocado: «Tu masa está reducida pero tu densidad es la misma de siempre. Las aspas empezarán a moverse en 60 segundos. ¿Qué haces?». Aunque no lo parezca, hay una solución a esta situación extrema (e imposible); y es que tus músculos continúan siendo normales por la densidad, por lo que puedes saltar y evadir las cuchillas.
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