Marie Kondo sucumbe al desorden: la maternidad cambia sus prioridades

Ser madre de tres niños ha puesto patas arriba la vida de la gurú del orden doméstico

Ana Más

Hace años  irrumpía en nuestros hogares Marie Kondo, una joven japonesa que parecía saberlo todo acerca del orden en casa. Fueron muchos los que siguieron sus consejos  y lograron tener una vida mucho más armoniosa y sobre todo ordenada.

Tanto fue el éxito de Marie Kondo que se convirtió en tendencia, todo el mundo hablábamos de como doblar la ropa según sus consejos o tener los armarios impecables. Pues bien parece que algo ha cambiado en su vida tras tener tres niños y la japonesa asume que a día de hoy, el orden en casa ya no es prioritario para ella.

Ha escrito nueve libros e incluso ha protagonizado el programa ‘¡A ordenar con Marie Kondo!’, emitido en Netflix,  pero ahora en una reciente entrevista a The Washington Post ha confesado que ser madre ha cambiado su forma de pensar y que con tres hijos es imposible tener la casa completamente ordenada todo el día.


Así es la nueva Marie Kondo

 

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«Hasta ahora, yo era una limpiadora profesional, así que hacía todo lo posible para mantener mi casa ordenada en todo momento. Pero he terminado dándome por vencida. Ahora me doy cuenta de que lo que es importante para mí es disfrutar el tiempo con mis hijos en casa», explicaba en la entrevista con el citado diario.

Y es que Kondo probablemente haya decidido ser realista y asumir que su vida como madre de familia numerosa nada tiene que ver con la que tenía cuando era «la reina del orden» y por eso ahora trata de centrarse en mantener la calma y reducir el estrés diario con consejos «que van desde escuchar música clásica durante el desayuno, cocinar la receta de estofado de su madre o lucir pijamas 100% seda o algodón orgánico», tal y como explican desde expansion.com.

Además propone algunos consejos menos exigentes, para mantener nuestro hogar ordenado en situaciones como la suya en las que hay tres niños en casa: que la entrada al propio hogar se sienta como “un suspiro de alivio”, para lo que recomienda tener tan solo un par de zapatos de cada miembro de la familia, un salón que fomente la conversación y una buena cocina dónde cocinar sea divertido.