Los primeros meses de vida de un bebé pueden resultar siempre de lo más confusos y complicados, especialmente para las madres y padres primerizos. Uno de los cuidados que más dudas despierta en las mujeres es sobre la lactancia y cuáles son las ventajas de la artificial o de fórmula.
La inmensa mayoría de expertos y profesionales recomiendan la leche materna, pero esta no es siempre la mejor opción para las mamás y en algunos casos no está a su alcance. Esta es, de hecho, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde donde señalan que la leche natural es la mejor opción durante los cuatro primeros meses de vida del bebé y de forma mixta con otros alimentos hasta los 2 años.
Sin embargo, esta decisión es exclusiva de la madre y en ocasiones el paso de dejar el pecho se debe a motivos de salud, comodidad, estilo de vida…etc. Por eso, es esencial poder conocer los pros y contras de cada fórmula.
Desde Sanitas apuntan a que la leche materna se considera como el alimento «más completo» para el pequeño o pequeña y estos son algunos de los motivos:
Además, también existen algunos puntos a favor de la lactancia para las propias madres. Por ejemplo, dar el pecho previene las hemorragias post‐parto, puesto que la succión del bebé facilita que el útero recupere su tamaño inicial y disminuye la posibilidad de anemia.
Asimismo, según los expertos en pediatría, favorece la recuperación del peso pre-embarazo, mejora el contenido en calcio de los huesos y reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario.

A pesar de las recomendaciones de la OMS o de la Aeped, dar el pecho puede llegar a tener algunos inconvenientes, especialmente para la madre. Uno de ellos, quizá el más común, es el dolor de pezones durante las primeras semanas.
Por supuesto, amamantar requiere de un compromiso de la madre con una dieta saludable —por ejemplo, se debe evitar el consumo de alimentos con alto contenido en mercurio, el alcohol o la cafeína— o su plena disponibilidad cada vez que el bebé tenga hambre.
Aunque la leche materna sea la forma más completa de alimentar al bebé en sus primeros meses de vida, la lactancia artificial o comercializada sigue siendo una alternativa válida.

Se trata de una fórmula que trata de replicar la combinación nutricional de la materna, aunque ninguna llega a ser del todo fiel a ella.
Uno de los motivos por los que la mayoría de madres optan por dar el pecho los primeros meses de su vida a su bebé, además de por su completo valor nutricional, es por el hecho de que, según los exertos, al amamantar se crea un vínculo incomparable con el pequeño.
Es por ello que muchas mujeres piensan que al proporcionar a su hijo o hija leche artificial mediante un biberón, pierden esta conexión ‘piel con piel’ con el bebé, pero lo cierto es que esa relación tan íntima, personal y cercana con el recién nacido se mantiene con otros gestos, cuidados o situaciones que también son indivisibles.
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