neymar y katerina

Neymar, la kriptonita de Greta Thunberg: 230.000 kg de CO2 a la atmósfera durante su viaje a Arabia Saudí

No es la primera vez que el brasileño atenta contra la naturaleza

Redacción Cadena Dial

El dinero parece borrar la conciencia social de algunas personas. Es como si «estar podrido de pasta» te permitiera vivir al margen de la realidad, eliminar escrúpulos y demostrar caprichosamente una y otra vez que estás por encima del bien y del mal. El último ejemplo de ello lo dio Neymar al volar en solitario en un avión privado Boeing 747 hacia su nuevo destino deportivo, Arabia Saudí

Un avión con capacidad para más de 500 pasajeros puesto a su entera disposición- Neymar viajó en este avión tan solo con otra persona, además de la tripulación- por un príncipe saudí, de cuyo nombre no es que no nos acordemos, es que ni nos interesa hacerlo. Tanto monta….

 


 

Que el ser humano contamina y que las sociedades tenemos que madurar para ser conscientes de lo importante que es cuidar nuestro planeta es algo que va calando poco a poco. Activistas como Greta Thunberg tienen que estar que trinan ante una desfachatez como la realizada por el futbolista, que con un solo viaje ha vertido a la atmósfera más contaminación que una persona en toda su vida.

Neymar, reincidente

Pero no es la primera vez que el delantero protagoniza una «barrabasada» contra la naturaleza. En su país natal , cerca de Rio de Janeiro, tiene una casa para la que ordenó construir un lago y una playa artificial de forma ilegal, sin contar con los controles y permisos que la ley exige. Es más, ejecutó un desvío de agua de un río para su lago privado, para lo que hubo que talar árboles y suprimir cierta vegetación provocando la alteración de las tierras de alrededor. Pero como el dinero lo compra todo, tras abonar una multa de 3.3 millones de dólares, la deuda quedó saldada.

El viaje de Neymar de Francia a Arabia Saudí ha supuesto verter 230.000 kg de CO2 a la atmósfera. Seis horas de vuelo, a sus anchas y sin remordimientos, para llegar «cual divinidad» a su próximo destino deportivo: el club de fútbol Al Hilal.

Una paletada de tal calibre que por desgracia ha servido para ensuciar un poco más nuestro planeta: Neymar con este vuelo ha contaminado 33 veces más de lo que haría cualquier persona en un año (una persona suele emitir 7.000 kilogramos de dióxido de carbono cada 365 días)

Una vez más, saldrá impune de este atentado ecológico porque el dinero lo paga todo: seguro que espera con preocupación la multa millonaria correspondiente por su violación de los derechos ambientales.