¿He engordado o es retención de líquidos? Te contamos cuál es la diferencia

Muchas veces se confunden, pero cada una tiene unas características concretas

Ana Más

Si estás notando que has cogido algunos kilos últimamente y por más que cuidas tu alimentación no los bajas, quizás se trate de algo muy distinto: retención de líquidos. Un problema que afecta más a mujeres que a hombres y que además de traducirse en aumento de peso, se nota también en un aumento considerable de volumen. Y es que ambas cosas, retención de líquidos y aumento de grasa, son muy parecidas entre si y por ello pueden confundirse.

La retención de líquidos, se suele producir de forma rápida y sin que hayamos aumentado la ingesta de alimentos, además la temperatura y la postura hacen que varíe, «se nota en una sensación hinchada, especialmente en los miembros (brazos y piernas), aunque también puede aparecer en el abdomen», explican desde Vitónica. Desde donde añaden que «el sedentarismo y una dieta poco equilibrada, con exceso de sodio, azúcares y alcohol», están muy relacionados con esta acumulación de líquidos.

Los cambios repentinos de volumen corporal, que se van igual que llegaron y en que «la piel tarda demasiado tiempo en volver a su lugar, dejando una marca conocida como fóvea», son otros dos indicadores de esta. Sin embargo, el peso ganado con la grasa es más persistente, tarda mucho tiempo en eliminarse y se acompaña de la capa de grasa corporal que tanto nos molesta y que recubre la musculatura y además, en este caso, no encontraremos fóvea, explican desde la misma web.


Retención de líquidos versus aumento de peso

cremas anticelulíticas

Los factores hormonales, genéticos, el sedentarismo, los malos hábitos y la mala alimentación están en la base de la acumulación de líquidos, además de algunas situaciones concretas de la vida, como el embarazo. Una vez detectado que se trata de  esto, veamos cómo podemos acabar con ella.

Si se trata de una retención leve y que no está asociada a ningún problema médico, bastará con cambiar algunos hábitos como beber dos litros de agua al día y zumos naturales, evitar tomar demasiada sal, al igual que no llevar prendas ajustadas, elevar las piernas de vez en cuando e incluir en nuestra dieta algunos «diuréticos naturales, que son perfectos para expulsar el líquido sobrante del cuerpo, como la cebolla, la remolacha, los espárragos y frutas como el melón, la piña o el limón. También aquellos que cuentan con una alta composición de agua”, añade el equipo de nutricionistas de Club Metropolitan en Vanitatis.

Respecto al deporte, «lo ideal es practicar alguna rutina, pero también tratar de no pasar más de dos horas sentados y tomarnos 5 minutos para mover el cuerpo», explican.

En el caso de que nuestro incremento de peso se haya producido por un aumento de grasa, este se habrá producido por un exceso calórico, es decir porque gastamos menos calorías de las que ingerimos. Esto hace que nuestro metabolismo las almacene, ganando peso. Así que la solución está clara, aunque no podemos decir que sea sencilla, ingerir menos calorías y gastar más haciendo deporte.

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