Las fiestas y celebraciones se intensifican en las fechas navideñas, en algunos lugares hasta de forma extrema. Es el caso de Fuente Álamo, una localidad murciana en la que más de cinco mil personas llevan de fiesta desde el pasado sábado. Se trata de una ‘rave’ ilegal que tiene previsto alargarse hasta el día de Reyes y a la que se espera que acudan cerca de 15.000 personas.
Hasta el lugar se desplazaba el reportero Paco Ballesta, el cual vivió un tenso momento con algunos jóvenes allí presentes durante su conexión con Vamos a ver, programa de Telecinco. El profesional charlaba con algunos jóvenes que, sentados en un medio círculo, habían accedido a participar en la conexión.
“Yo llegue el 31 al mediodía y tengo pensado quedarme hasta que se vayan de aquí, mi mayor regalo de reyes y de navidad. La gente se mueve va descubriendo esto y le gusta”, contaba una de las jóvenes. «La fiesta va muy bien, la gente súper amable, no nos podemos quejar«, apuntaba otro.
Todo iba bien hasta que este expresó su intención de mostrar la zona de las tiendas de campaña en las que los asistentes descansan. «¡Fuera! ¡Fuera!«, exclamaba una joven interponiéndose entre la cámara y el lugar que querían mostrar.
«Son mis derechos, no quiero que me grabes«, expresaba otra joven tratando de tapar la imagen. Y aunque el cámara que acompañaba a Ballesta cedía a las presiones, el reportero le pedía que no dejara de grabar: «No bajes la cámara, ¿por qué bajar la cámara? Estamos en directo«.
En ese momento el reportero se enzarzó en una discusión con algunos de los asistentes, los cuales trataban de boicotear la conexión y solicitaban a los profesionales que abandonaran el lugar. «No estamos molestando a nadie. Respetad, ¿no? ¿Esta no es la fiesta de la libertad?», clamaba Paco Ballesta. «¿No comprendéis que esta imagen os perjudica?«, trataba de hacerles entender el mismo.
Pero la tensión saltó por los aires cuando alguno de los presentes le agarró. «Pero vamos a ver, a mí no me toques chaval. ¡A mí no me toques, chaval!«, repetía el reportero. Desde plató el presentador cortaba la conexión dando la oportunidad a su compañero de que hablara las cosas con los jóvenes. «No hay nada que me toque más las narices que aquellos que enarbolan la bandera de la libertad, no dejando trabajar a los demás«, manifestaba.
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