La palabra es rara, lo sabemos, además no está ni en el diccionario de la Real Academia Española, pero existe y hace referencia a todos los que sienten una gran pasión, con mayúsculas, por el queso. La turofilia se refiere a la dependencia del queso, un alimento que es muy fácil de combinar con miles de productos y platos cada día, o sea que es una adicción difícil de superar.
Lo bueno de tener este alimento entre tus favoritos es que, a pesar de tener efectos negativos en el colesterol, la sensación de hinchazón, las colorías y la sal elevadas, también tiene una larga lista de beneficios que aporta a tu cuerpo cada vez que lo ingieres. De hecho, la revista Vanitatis, citando una publicación de la nutricionista María José Juárez Pinzón ha destacado que «contiene un tipo de proteína de alto valor biológico que ayudan a formar, reparar y mantener los tejidos del cuerpo».
Por su parte, el diario El HuffPost en su charla con la nutricionista Ana Luzón, habló de cuáles eran las mejores opciones entre la gran variedad de quesos que hay en el supermercado. De este modo aclararon que se trata de el queso cottage, el queso fresco batido y el parmesano. Asimismo, también destacaron la importancia de leer la lista de ingredientes de estos productos para poder reconocer cuáles son los quesos de mayor calidad, por lo que, en las etiquetas debemos leer «Leche cruda o pasteurizada de oveja, vaca, cabra, búfala… o una mezcla de ellas, fermentos lácticos, sal y cuajo animal».
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